Cartas al director

¡Vaya feria!

Durante el mes de septiembre se, ha celebrado en Madrid la Feria de Otoño, y asistimos con indignación y perplejidad a unos hechos que se vienen produciendo de manera reiterada siempre que acontece algún espectáculo en la plaza de toros de Las Ventas, con el beneplácito y la participación de la Policía Municipal y, por tanto, del Ayuntamiento. Los hechos, son los siguientes:Atropello número 1. Los vehículos de los vecinos y trabajadores de la zona estacionados en los aledaños de la plaza son retirados con cierta asiduidad por la grúa municipal (mínimo, 18.000 pesetas), sin comprender, aunque s...

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Durante el mes de septiembre se, ha celebrado en Madrid la Feria de Otoño, y asistimos con indignación y perplejidad a unos hechos que se vienen produciendo de manera reiterada siempre que acontece algún espectáculo en la plaza de toros de Las Ventas, con el beneplácito y la participación de la Policía Municipal y, por tanto, del Ayuntamiento. Los hechos, son los siguientes:Atropello número 1. Los vehículos de los vecinos y trabajadores de la zona estacionados en los aledaños de la plaza son retirados con cierta asiduidad por la grúa municipal (mínimo, 18.000 pesetas), sin comprender, aunque sí intuir, como se adivinará posteriormente, qué ocultas razones inducen a ello.

Atropello número 2. Si se tiene la inmensa suerte de que esto no suceda, los vehículos de los asistentes a los espectáculos (no olvidemos: 'ocio) son situados, con la inestimable colaboración y dirección de la policía, en los pasillos de los aparcamientos o en la calzada, llegando a alcanzar en este último caso la increíble cifra de cuatro filas en la avenida de los Toreros, impidiendo la salida de nuestros vehículos y, por supuesto, colapsando el tráfico en la zona. Es obvio decir que, ante nuestras quejas, ninguno ha sido retirado por la grúa y mucho menos multado.

Ante esta situación, nos preguntamos ¿cómo es posible que sea el Ayuntamiento el que favorece este tipo de prácticas que vulneran los derechos más elementales de los ciudadanos? ¿Quién ordena que las calles sean cortadas al tráfico para utilizarlas, sin previo aviso, como aparcamiento y luego se recomienda en las campañas publicitarias el uso del transporte público? Y, por último, ¿puede decirnos alguien cómo podemos, a la salida del trabajo, rescatar nuestros coches, que se encuentran encerrados -en algún caso, hasta tres días- en el aparcamiento trasero de la plaza?-

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