Un juez italiano ordena juzgar por corrupción a Silvio Berlusconi
Silvio Berlusconi se sentará en el banquillo de los acusados por corrupción el próximo 17 de enero, según la decisión adoptada ayer por un juez de Milán. El magnate y ex primer ministro italiano ha sido procesado junto con otras 10 personas de su entorno, entre ellas su hermano Paolo, varios directivos de su grupo empresarial Fininvest y policías fiscales. El presidente de Forza Italia reaccionó ayer con "indignación" y dijo estar seguro "de que la verdad se sabrá, pero sé también que el daño a la imagen no podrá ser reparado".
El juez milanés de la audiencia preliminar, Fabbio Paparell...
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Silvio Berlusconi se sentará en el banquillo de los acusados por corrupción el próximo 17 de enero, según la decisión adoptada ayer por un juez de Milán. El magnate y ex primer ministro italiano ha sido procesado junto con otras 10 personas de su entorno, entre ellas su hermano Paolo, varios directivos de su grupo empresarial Fininvest y policías fiscales. El presidente de Forza Italia reaccionó ayer con "indignación" y dijo estar seguro "de que la verdad se sabrá, pero sé también que el daño a la imagen no podrá ser reparado".
El juez milanés de la audiencia preliminar, Fabbio Paparella, leyó ayer a puerta cerrada las 24 páginas del auto de procesamiento, pero sin la presencia de los abogados de Berlusconi, que no asistieron al acto y consideran que la decisión del juez no se basa en pruebas, "sino en que [Berlusconi] no habría logrado demostrar que es totalmente ajeno a los hechos que se le atribuyen".El auto judicial mantiene que el líder de Forza Italia conocía los supuestos sobornos realizados por su grupo empresarial a los policías fiscales en cuatro episodios relacionados con otras tantas inspecciones fiscales de empresas de Fininvest. Los presuntos sobornos ascendieron a 380 millones de liras (30 millones de pesetas) entre 1989 y 1991
Berlusconi, que ha recibido pleno apoyo de sus aliados políticos, no niega que se realizasen los pagos, pero sostiene que no tenía por qué conocer los cientos de transferencias diarios de sus empresas.