Entre la autocrítica y la oposición
La conferencia política que celebrará el PSOE en noviembre no será "de defensa de la democracia", como manifestaron apresuradamente algunos de sus dirigentes el pasado mes de julio, pero sí tendrá una algo que puede aproximarse.
Los socialistas no quieren evitar referirse a "aquellos poderes que quieren intentar imponer su voluntad sin pasar por las urnas". Pero esto será la segunda parte. En primer lugar analizarán, con toda la capacidad autocrítica que sea posible, cuál ha sido su labor durante los 12 años de Gobierno y qué cosas han hecho mal para que al final de 1995 se haya gen...
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La conferencia política que celebrará el PSOE en noviembre no será "de defensa de la democracia", como manifestaron apresuradamente algunos de sus dirigentes el pasado mes de julio, pero sí tendrá una algo que puede aproximarse.
Los socialistas no quieren evitar referirse a "aquellos poderes que quieren intentar imponer su voluntad sin pasar por las urnas". Pero esto será la segunda parte. En primer lugar analizarán, con toda la capacidad autocrítica que sea posible, cuál ha sido su labor durante los 12 años de Gobierno y qué cosas han hecho mal para que al final de 1995 se haya generalizado el actual clima de crispación política y susciten unas dosis de rechazo social nada desdeñables.
Raimon Obiols, miembro de la ejecutiva y responsable de relaciones exteriores, explicará hoy a sus compañeros de la ejecutiva sus ideas sobre el desarrollo de la conferencia.
De momento parece que habrá una parte autocrítica, otra de crítica a los demás y, por último, unos planes que pueden servir para "el futuro del socialismo democrático en España". En todo ello subyace el convencimiento de que será útil hablar del papel del PSOE en el futuro, cuando se haya instalado de nuevo en la oposición.
En la reunión de hoy se articulará un método de trabajo para la conferencia política. Cómo y quiénes podrán hacer aportaciones al texto base de las jornadas y cómo se designa a los asistentes.
Este asunto se tratará con sumo cuidado, no vaya a convertirse en un remedo de designación de delegados para un congreso y se recrudezca así la guerra de mayorías y minorías, según alertó en la última reunión de la ejecutiva del mes de julio el vicesecretario general, Alfonso Guerra.