Sáenz ratifica que en Banesto desaparecieron fondos y hubo ocultación

El presidente del Banco Español de Crédito (Banesto), Alfredo Sáenz, se ratificó ayer, a lo largo de cuatro horas, en su declaración hecha bajo secreto sumarial: en Banesto no entraron fondos que debían ingresar, se extrajeron de caja cantidades sin justificar, hubo ocultación deliberada de datos a los auditores y se hicieron valoraciones de empresas a precios superinflados. Mariano Gómez de Liaño y su hermano Miguel llevaron el peso del interrogatorio.

El abogado Mariano Gomez de Liaño, después de su incursión en el terreno político-militar junto a Mario-Conde y Juan Alberto Perote...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente del Banco Español de Crédito (Banesto), Alfredo Sáenz, se ratificó ayer, a lo largo de cuatro horas, en su declaración hecha bajo secreto sumarial: en Banesto no entraron fondos que debían ingresar, se extrajeron de caja cantidades sin justificar, hubo ocultación deliberada de datos a los auditores y se hicieron valoraciones de empresas a precios superinflados. Mariano Gómez de Liaño y su hermano Miguel llevaron el peso del interrogatorio.

El abogado Mariano Gomez de Liaño, después de su incursión en el terreno político-militar junto a Mario-Conde y Juan Alberto Perote, reapareció ayer en el juzgado central de instrucción número 3. No dejó a su hermano Miguel solo ante Alfredo Sáenz. Si en las comparecencias de Conde ante el juez en diciembre de 1994 fue Mariano Gómez de Liaño quien asistió al ex presidente de Banesto, en esta ocasión fue Conde quien, la noche del martes, le facilitó la lista de preguntas. Una gran parte de ellas versaron sobre la historia de la intervención del banco y sobre contabilidad.En lo que se refiere a los cargos de que se acusa a Conde y a los administradores, Sáenz se ratificó en lo que ya había declarado ante el juez en enero pasado. Sobre la extracción de 300 millones pesetas de las cajas del banco en 1989, Mariano Gómez de Liaño simplemente verificó que el 14 de enero de 1994 el ex consejero Martín Rivas le informó a Sáenz sobre el hecho, inquiriendo por qué no puso el hecho en conocimiento de las autoridades pertmanentes. "Probablemente", contestó Sáenz, "porque faltaron reflejos". El hecho no es relevante: el 14 de enero, el nuevo equipo de Banesto estaba recogiendo datos sobre la situación de la entidad. No se trataba de ir informando una por una las irregularidades.

Gómez de Liaño intentó mostrar que Rivas fue comprado, ya que después de informar sobre los 300 millones se produjo su nombramiento como presidente del Banco Vitoria. Sáenz lo tuvo fácil: ya era vicepresidente nombrado por Conde, y, después de la intervención, al cesar Enrique Lasarte, subió a la presidencia. También Paulina Beato fue confirmada como consejera de Elerco. Aquí Sáenz olvidó algo: el ex consejero de Banesto Juan Belloso permaneció como consejero de Valores Ibéricos prácticamente hasta la venta del Totta & Accores.

Sáenz también se ratificó en lo dicho sobre los 1.344 millones pagados por la multinacional Air Products en abril de 1900. "Banesto vendió a Air Products unas opciónes por un precio. Banesto nunca ha recibido el importe del precio". Dinero desaparecido.

En otros asuntos como la ocultación de datos relevantes a los auditores, Sáenz volvió a ratificarse. Sobre la valoración de empresas como Doma, Centro Comercial Concha Espina y Oil Dor, fue igualmente duro: "De los valores de mercado bruto, sin contar la deuda, hecha por los servicios técnicos y por los contactos con potenciales compradores, se deriva esa calificación de [valoración] superinflada.

Mariano Gómez de Liaño, el hombre que montó las fiducias del Tottá & Açores, preguntó también por la venta del banco luso, las fiducias con portugueses y la plusvalía obtenida. Sáenz le miró fijamente e insistió en la débil estructura jurídica [el propio Gómez de Liaño se negó a entregar a Banesto en 1994 los documentos de fiducia] y que, según se mire, la venta arrojo una pérdida de de 10.000 millones de pesetas o una plusvalía [21.000 millones] respecto a la inversión realizada.

Hábil, Gómez de Liaño pretendió jugar con la recuperación de créditos morosos para demostrar que el plan de saneamiento de 1994 hizo una sobredotación de provisiones. Sáenz explicó que si se han recuperado créditos por valor 114.000 millones y reclasificado otros por 219.500 millones se ha debido, en éste caso, por renovaciones de operaciones con los deudores con mejora de garantías.

Archivado En