Dos hombres heridos en el encierro de Cerceda

La Comunidad de Madrid guardó silencio sobre sus competencias en asuntos taurinos. Los representantes del Gobierno regional eludieron el viernes hacer cualquier comentario sobre una materia asignada a este Ejecutivo desde diciembre de 1994 (estas compentencias eran hasta entonces responsabilidad de la Delegación del Gobierno). Nadie quiso aclarar el error del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, que el pasado jueves concedió todavía la máxima autoridad de los espectáculos taurinos y encierros a Pilar Lledó, delegada de Gobierno. "Es un asunto de nuestra competencia, está claro, pero no...

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La Comunidad de Madrid guardó silencio sobre sus competencias en asuntos taurinos. Los representantes del Gobierno regional eludieron el viernes hacer cualquier comentario sobre una materia asignada a este Ejecutivo desde diciembre de 1994 (estas compentencias eran hasta entonces responsabilidad de la Delegación del Gobierno). Nadie quiso aclarar el error del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, que el pasado jueves concedió todavía la máxima autoridad de los espectáculos taurinos y encierros a Pilar Lledó, delegada de Gobierno. "Es un asunto de nuestra competencia, está claro, pero no vamos a decir nada por el momento", zanjó, el viernes un portavoz del Gobierno regional.Por tanto, no hubo respuesta para algunas cuestiones que la Delegación del Gobierno sí resolvía en años anteriores con contundentes multas. El Reglamento de Espectáculos Taurinos publicado en 1992, se pronuncia sobre cómo debe transcurrir el encierro aunque no especifica su duración. Sin embargo, en 1993 y 1994 la Delegación del Gobierno, amparándose en disposiciones menores que desarrollaban los reglamentos, sancionó a varios Ayuntamientos (Parla, Leganés o Fuenlabrada) porque las carreras ante las reses duraban hasta tres horas. "Consideramos que más de dos horas de carreras podría ser un maltrato de los animales", aclaró el viernes un portavoz de la Delegación. El reglamento tampoco aclara si los menores pueden participar pero la delegación aplicaba el epígrafe 93.5 del Reglamento Taurino que reza: "Hay que tomar las medidas necesarias para evitar daños en las personas que participan en un espectáculo taurino en vía pública".

Por otra parte, ayer dos espectadores del encierro de Cerceda -pedanía de El Boalo (2.000 habitantes)- resultaron heridos al ser corneados por un novillo. Ambos, Pablo Manuel Silván Benito, de 39 años, y su suegro Santiago Gómez Ibáñez, de 60 años, presenciaban el recorrido sobre una valla. Los heridos presentaban la misma lesión: una cornada de 20 centímetros en la pierna derecha.

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