Un hombre amenazó con matarse si no detenían a varios 'camellos' en Lleida
Gregorio Sans Morte, de 35 años, provocó el viernes por la noche un tumulto en el barrio de Canyeret de Lleida cuando amenazó con clavarse un cuchillo si no eran detenidos "todos los negros" que supuestamente. trafican con droga en su barrio. Sans aludió repetidas veces a un amigo suyo, muerto por una sobredosis, y llegó a hacerse un corte en el brazo con un cuchillo de enormes dimensiones.El incidente empezó a complicarse cuando la Policía Nacional impidió, porra en mano, que un hermano de Gregorio Sans se acercara a éste. A esas alturas, varios periodistas y las cámaras de televisión captaba...
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Gregorio Sans Morte, de 35 años, provocó el viernes por la noche un tumulto en el barrio de Canyeret de Lleida cuando amenazó con clavarse un cuchillo si no eran detenidos "todos los negros" que supuestamente. trafican con droga en su barrio. Sans aludió repetidas veces a un amigo suyo, muerto por una sobredosis, y llegó a hacerse un corte en el brazo con un cuchillo de enormes dimensiones.El incidente empezó a complicarse cuando la Policía Nacional impidió, porra en mano, que un hermano de Gregorio Sans se acercara a éste. A esas alturas, varios periodistas y las cámaras de televisión captaban lo que estaba sucediendo.
Decenas de vecinos salieron a la calle y se dividieron en dos grupos: los que defendían la presencia de los medios de comunicación para denunciar el tráfico de drogas y los que la rechazaban. Entre unos y otros, hubo insultos y alguna que otra pelea.
En plena refriega, un cochetodoterreno atropelló a una mujer e intentó fugarse. Algunos vecinos persiguieron al vehículo, lo destrozaron y el conductor tuvo que ser rescatado por la policía.
Gregorio Sans se resistió a la detención por la Policía Nacional, se proclamó a gritos anarquista e independentista y dijo que se entregaría si acudían los agentes autonómicos de los Mossos d'Esquadra. Varios mossos se presentaron poco después y detuvieron sin problemas al iniciador del disturbio, entre los aplausos del vecindario.