Los españoles son los europeos que tienen mayor sensación de libertad personal

La solidaridad sustituye a la cultura del 'pelotazo', según un estudio del CIS

Los españoles siguen siendo los europeos con mayor conciencia de libertad de elección y control sobre su propia vida. Su sensación de bienestar, sin embargo, es más baja a consecuencia de una crisis económica y social que le, ha vuelto desconfiado frente a la sociedad. Este español de los noventa es más individualista, pero también más solidario, como demuestra su masiva participación en campañas humanitarias y organizaciones altruistas. Son datos de un estudio realizado por Francisco Andrés Orizo y recién publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

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Los españoles siguen siendo los europeos con mayor conciencia de libertad de elección y control sobre su propia vida. Su sensación de bienestar, sin embargo, es más baja a consecuencia de una crisis económica y social que le, ha vuelto desconfiado frente a la sociedad. Este español de los noventa es más individualista, pero también más solidario, como demuestra su masiva participación en campañas humanitarias y organizaciones altruistas. Son datos de un estudio realizado por Francisco Andrés Orizo y recién publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

La respuesta frente a la tragedia de Ruanda el verano pasado -España fue el país europeo que más donativos proporcionó-, y la campaña del 0,7% para ayuda al Tercer Mundo ya se reflejaban meses antes en el estudio que ultimaba el sociólogo Francisco Andrés Orizo, según comenta él mismo. "Todos los indicadores de solidaridad que pueden adivinarse en las encuestas ya aparecían en mayo, con un incremento notable tanto en jóvenes como en adultos", indica.El trabajo se realizó durante 1994, tomando como referencia encuestas nacionales y europeas de la última década y comparándolas con los resultados de un trabajo de campo, diseñado por el CIS, sobre una muestra de 2.595 entrevistas entre jóvenes y adultos. El objetivo era estudiar la dinámica intergeneracional y los cambios producidos en los sistemas de valores, normas y creencias de la sociedad española.

La primera tendencia observada es la contradicción existente entre un individuo más contento consigo mismo que hace unos años, "libre y dueño de sus destinos, pero con una sensación de bienestar menor que la de sus conciudadanos europeos y cierto desamparo motivado por la crisis económica y social. En comparación con 1989, "ha perdido fuerza la confianza en las capacidades del individuo y ha ganado prevalencia la idea de la impenetrabilidad del sistema", sostiene el estudio. "El futuro es tan incierto que lo mejor es vivir día a día", declaran los españoles preguntados.

La consecuencia inmediata es un proceso progresivo de individualismo, pero con matices nuevos. Una disminución del interés por la res pública, compensado con unas crecientes aspiraciones a la propia identidad y autenticidad, según explica Orizo. "Hay un fenómeno de interiorización, de retraimiento, en el que los valores liberales esplendorosos del 87, 88 y 90 con la cultura del pelotazo están bajando y son superados por los valores de igualdad. Y esto aparece más visiblemente en la gente joven".

El propio puchero

Estos fenómenos "suponen en primer lugar una reacción de defensa propia frente a la crisis, el desempleo y la falta de horizontes, pero también expresan solidaridad" añade. La tendencia hacia valores materialistas reflejada en los últimos años se mantiene, pero teñida por nuevos valores de igualdad que matiza el sociólogo: "Es verdad que los más jóvenes; tienen mayor preocupación por lo material, pero ha bajado la idea de que el dinero es la medida del éxito. Estamos hablando de un nuevo materialismo: frente al liberalismo de los ochenta, somos más igualitarios porque también queremos defender nuestro puchero".El sociólogo destaca lo que denomina "coraje cívico" una respuesta aumentada en esta encuesta a la ayuda inmediata a los demás, como socorrer a una persona en la calle o mediar en una pelea. Se trata de un compromiso mayor que el detectado hace unos años, y aunque en los jóvenes se da de forma más natural, el crecimiento se acusa en mayor medida entre la población adulta.

La tolerancia sigue siendo un valor en alza entre los españoles, según el estudio sociológico, que incluso detecta un paso más de aceptación a convivir cerca con vecinos de otras razas. "Esto se nota especialmente en el ámbito de la discriminación laboral de los inmigrantes. Los jóvenes se muestran hoy más generosos que en el año 90", dice Orizo.

Según el informe, en 1994 ascendieron los niveles de permisividad moral en lo relativo a la esfera privada y libertades personales. "Es notable el incremento de los índices de permisividad con respecto al suicidio, la eutanasia, la homosexualidad y la prostitución", se señala. También se acentúa la aprobación hacia la mujer soltera que desee tener un hijo sin querer una relación estable.

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