Los médicos dudan que los acusados del 'secuestro de Vallecas' tuvieran 'mono'

Eleuterio Sánchez Campo y Carlos Hugo Blasco García, acusados por el llamado secuestro de Vallecas, dejaron ayer por unas horas los calabozos para volver a sentarse en el banquillo. El juicio, que comenzó el pasado 9 de junio, se reanudó con la declaración de un testigo presencial, el policía psicólogo que actuó de mediador durante las 13 horas del secuestro, y dos médicos peritos que dudaron que los acusados actuaran impulsados por el síndrome de abstinencia. "Los vómitos, nervios y la terrible. ansiedad' también los provocan el miedo a dicho síndrome", señaló uno de ellos.

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Eleuterio Sánchez Campo y Carlos Hugo Blasco García, acusados por el llamado secuestro de Vallecas, dejaron ayer por unas horas los calabozos para volver a sentarse en el banquillo. El juicio, que comenzó el pasado 9 de junio, se reanudó con la declaración de un testigo presencial, el policía psicólogo que actuó de mediador durante las 13 horas del secuestro, y dos médicos peritos que dudaron que los acusados actuaran impulsados por el síndrome de abstinencia. "Los vómitos, nervios y la terrible. ansiedad' también los provocan el miedo a dicho síndrome", señaló uno de ellos.

"La personalidad impulsiva del agresor es lo importante. Es la convergencia de esa personalidad con el consumo de opiáceos lo que provoca una acción límite", dijo uno de los dos doctores que ayer expusieron un informe sobre el estado de Carlos Hugo Blasco García, uno de los dos acusados en el llamado secuestro de Vallecas. Los médicos peritos no realizaron un informe del otro acusado porque en su día su defensa no lo solicitó."Se suele confundir mucho el miedo al síndrome de abstinencia con el propio síndrome, que es una dolencia muy seria y grave," añadió uno de los doctores, que aclaró que la psicosis de los toxicómanos al síndrome es tan grande que provoca vómitos y un peligroso estado de ansiedad.

El fiscal pide 51 años para Carlos Hugo, de 25 años, y otros 51 para Eleuterio Sánchez, de 32. Los delincuentes entraron el 9 de diciembre de 1993 en una sucursal vallecana de Cajamadrid, desarmaron a un vigilante, encañonaron a un empleado, se llevaron 3.779.291 pesetas y, tras una accidentada huida, se colaron en un piso donde mantuvieron durante 13 horas secuestrados a un niño de 7 años, una niña de 13, su madre de 30 y el abuelo de 87.

Para los dos acusados fue la necesidad de una dosis de heroína -Eleuterio consumía 30.000 pesetas diarias- lo que les impulso a robar en el banco primero y secuestrar a la familia después. El policía nacional psicólogo que actuó como mediador durante la retención, recordó ayer cómo los agresores amenazaban con matar, a los niños si no les suministraban la droga. Fue este relato el que más pareció afectar a los dos acusados, que permanecen en cárceles separadas y que durante el juicio aprovechan cualquier oportunidad para cuchichear e incluso reírse.

El juicio quedó ayer aplazado hasta el día 13 de este mes. La defensa pidió la suspensión al no tener en sus manos el informe que han presentado los psicólogos que han atendido a los dos niños. La familia, que no tiene abogado defensor y por la que el fiscal no pide indemnización, vive desde el día del secuestro volcada en la recuperación psicológica de los dos hijos, quienes según sus psicólogos tendrán graves secuelas el resto de sus vidas.

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