Un arco se tensa en el sureste

El tren de alta velocidad producirá en la naturaleza, y sobre todo en la avifauna madrileña, una herida de arma blanca de gran impacto: el arco ferroviario que se tensará en la zona meridional de la región afectará a parajes de alto valor ecológico, los del recién creado parque regional del Sureste. Y la flecha que surcará por los rieles del AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona trazará duras fronteras en los frágiles ecosistemas atravesados.La salida del AVE hacia el sur obliga a que dos de los tres trazados propuestos por Obras Públicas entren de lleno en el joven parque (se aprobó hac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El tren de alta velocidad producirá en la naturaleza, y sobre todo en la avifauna madrileña, una herida de arma blanca de gran impacto: el arco ferroviario que se tensará en la zona meridional de la región afectará a parajes de alto valor ecológico, los del recién creado parque regional del Sureste. Y la flecha que surcará por los rieles del AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona trazará duras fronteras en los frágiles ecosistemas atravesados.La salida del AVE hacia el sur obliga a que dos de los tres trazados propuestos por Obras Públicas entren de lleno en el joven parque (se aprobó hace justo un año). El primer trazado, denominado Corredor A, atraviesa uno de los pocos pulmones verdes de la zona, la finca de la Marañosa. Se trata de un monte de coníferas de repoblación de unos 50 años en un, excelente estado de salud pese a las duras condiciones climáticas y a la mala calidad del suelo. Luego se adentra en unos humedales producidos por la estracción de grava durante décadas. En estas lagunas se ha establecido una de las poblaciones de aves acuáticas más importantes del centro peninsular.

Más información

El Corredor B discurre hermanado con el río Manzanares, cruza la Nacional-III y enfila hacia Velilla de San Antonio, atravesando una de las joyas del parque, los cortados yesíferos de Rivas-Vaciamadrid, donde anida una de las rapaces más amenazadas de la península: el halcón peregrino.

El Corredor C no entra en un espacio protegido por la Asamblea de la Comunidad de Madrid, pero si en otro protegido por la Unión Europea: se trata de una ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). En la ZEPA conocida como "Estepas cerealistas de los ríos Jarama y Henares" encuentra uno de sus pocos refugios europeos la avutarda.

Junto a esta bella y escasa especie (menos de 300 ejemplares en la zona) se verán afectadas' otras aves esteparias -el sisón y la ortega-, así como algunas rapaces amenazadas de gran valor ornitológico, como el aguilucho cenizo, el cernícalo, primilla y el aguilucho pálido.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En