Cartas al director

35.000 pesetas por aparcar una noche

Ciudadana de Madrid desde hace 65 años, periodista y jubilada, resido en la Gran Vía, donde para poder aparcar abono al Ayuntamiento una tasa anual como residente en la zona 15.Para poder colocar el coche en un lugar libre, tengo que hacer ejercicios de malabarismo. Durante el día, a causa, del mercado de los Mostenses y la estación de servicio, que copan todos los sitios disponibles, incluso la segunda fila, sin que nadie sancione sus vehículos y obstaculizando la salida de los coches debidamente aparcados, algo que me ha ocurrido con frecuencia.

De noche, los aficionados al cine y a l...

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Ciudadana de Madrid desde hace 65 años, periodista y jubilada, resido en la Gran Vía, donde para poder aparcar abono al Ayuntamiento una tasa anual como residente en la zona 15.Para poder colocar el coche en un lugar libre, tengo que hacer ejercicios de malabarismo. Durante el día, a causa, del mercado de los Mostenses y la estación de servicio, que copan todos los sitios disponibles, incluso la segunda fila, sin que nadie sancione sus vehículos y obstaculizando la salida de los coches debidamente aparcados, algo que me ha ocurrido con frecuencia.

De noche, los aficionados al cine y a las salidas nocturnas hacen de las suyas. Aparcan en medio de la calle formando una fila que casi no deja pasar los vehículos. Estacionar el coche en los aledaños de la Gran Vía, número 76, es una odisea. Gasto litros y litros de gasolina y un tiempo que podría aprovechar para hacer algo útil.

Desgraciadamente, durante la semana de san Isidro, concretamente el 16 de mayo, tuve la mala fortuna de salir y llegar a la zona hacia las once de la noche. La gente festejaba las fiestas de Madrid y estaban todos en la calle. El único lugar disponible a la redonda, después de largos desplazamientos por la zona, lo encontré en una esquina, al lado de un tabique, en una acera espaciosa en los aledaños de la calle de Antonio Grilo, donde hay un quiosco. Lo dejé con la esperanza de rescatarlo a la mañana siguiente. Cuando a las 9.20 del 17 de mayo fui a retirar el coche, éste había desaparecido. Di vueltas, perpleja, inquirí; en un bar cercano me dieron la pista: a las nueve de la mañana había ido la grúa municipal. "Cuando se acercan las elecciones vienen muchas veces", me contestaron.

Total, por el traslado desde la plaza de los Mostenses al cercano aparcamiento de la plaza del Carmen tuve que abonar 19.810 pesetas, lo que, unido a la multa que me puede caer, redondearía la cifra de mi aparcamiento nocturno hasta 35..000 pesetas.

La última vez que se llevó mi coche la grúa, hará seis años, el precio estaba sobre las 6.000 pesetas; ahora el coste se ha triplicado, casi.

¿Cabe mayor atropello a una ciudadana que paga su tasa de aparcamiento en la zona 15?

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A los ciudadanos y a los hombres de buena voluntad. corresponde juzgar el caso. Yo, sinceramente, no lo entiendo.

Gracias por la atención que pueda prestar a esta carta. Me siento desamparada.

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