Major afronta otra crisis de confianza en el seno del Partido Conservador

Los rumores de una nueva ofensiva desatada en el seno del Partido Conservador británico para desbancar a John Major y sustituirle por un líder más eficaz recorrieron ayer de nuevo los mentideros políticos. El propio primer ministro hubo de defender su política europea desde Halifax, donde participa en la cumbre del G-7, de los continuos ataques que ha venido sufriendo a lo largo de la última semana.

Major recordó, además, a sus compañeros que no hay "ingredientes mágicos" que puedan resolver los problemas del partido y que el único camino consiste en "fijar una política y mantenerla"'. ...

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Los rumores de una nueva ofensiva desatada en el seno del Partido Conservador británico para desbancar a John Major y sustituirle por un líder más eficaz recorrieron ayer de nuevo los mentideros políticos. El propio primer ministro hubo de defender su política europea desde Halifax, donde participa en la cumbre del G-7, de los continuos ataques que ha venido sufriendo a lo largo de la última semana.

Major recordó, además, a sus compañeros que no hay "ingredientes mágicos" que puedan resolver los problemas del partido y que el único camino consiste en "fijar una política y mantenerla"'. A los ataques que desde los más variados frentes ha estado encajando Major desde principios de semana se sumaron la noche del jueves los del poderoso Comité 1922, que incluye al grueso de los diputados tories, en demanda de una política de mayor aproximación al electorado. Con unas desalentadoras encuestas que ayer situaban al partido tory 39 puntos por debajo del Laborista en la intención del voto general con vistas a las próximas elecciones generales, previstas para 1997, la posición de Major no da mucho margen al optimismo.A unas malas perspectivas electorales hay que sumar el efecto devastador que han tenido en el ala derecha del partido las recientes declaraciones de la ex primera ministra, Margaret Thatcher. En una entrevista emitida el lunes por la BBC -y cuyo contenido más explosivo se hizo público el día anterior- Thatcher arremetió con ferocidad contra la política desarrollada por John Major. No sólo su excesiva "blandura" en la mesa negociadora de Bruselas

sino las líneas maestras de la política interior del actual primer ministro, fueron objeto de una ácida crítica. Al día siguiente, apenas repuesto del severísimo varapalo, Major tuvo que enfrentarse a las preguntas inquisitoriales de una colección de jóvenes diputados de la línea más dura del partido que intentaban forzar una firme. promesa de que el Reino Unido no se incorporará nunca a la moneda única.

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