El espacio de los pequeños lanzadores

En el sector espacial europeo, aunque con algún escepticismo, nadie quiere quitar el ojo al hueco de los pequeños cohetes para lanzar satélites ligeros (entre cien y mil kilos), con orientación industrial y comercial.Italia ha puesto ya en marcha un programa de este tipo, Vega, aprovechando su experiencia en propulsores y FIAT, propietaria de la empresa BPS, ha metido dinero -sin especificar cuánto- para trabajar en el cohete Vega KO."El objetivo es tener una plataforma barata en cuatro años", explica Antonio Fabrizi, de BPS. Se trataría de hacer una familia de pequeños cohetes ...

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En el sector espacial europeo, aunque con algún escepticismo, nadie quiere quitar el ojo al hueco de los pequeños cohetes para lanzar satélites ligeros (entre cien y mil kilos), con orientación industrial y comercial.Italia ha puesto ya en marcha un programa de este tipo, Vega, aprovechando su experiencia en propulsores y FIAT, propietaria de la empresa BPS, ha metido dinero -sin especificar cuánto- para trabajar en el cohete Vega KO."El objetivo es tener una plataforma barata en cuatro años", explica Antonio Fabrizi, de BPS. Se trataría de hacer una familia de pequeños cohetes para lanzar equipos científicos y encargarse de las sustituciones en las futuras constelaciones de satélites de comunicaciones.

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El INTA español (Ministerio de Defensa) también está interesado en el segmento espacial del tamaño reducido y va a firmar un protocolo de intenciones al respecto con la Agencia Espacial Italiana (ASI), informa Enrique Trillas, director del INTA. Este organismo está trabajando en un pequeño cohete Capricornio -para cargas de 100 kilos- con una tercera etapa española.

También el CDTI (Ministerio de Industria) ha hablado con los italianos sobre pequeños lanzadores; su director, Humberto Arnés, ha visitado BPS y mantenido conversaciones con ASI, pero, afirma, no se ha concretado ninguna cooperación.

Francia podría optar por pequeños lanzadores basados en los propulsores del Ariane 5.

Lo que aún no está claro es cómo de grande será el mercado de las pequeñas cargas: por un lado, la miniaturización de los equipos apunta hacia un interés creciente por los 500 o 1.000 kilos; por otro está la tendencia hacia los satélites cada vez más grandes y complejos. Orye Raymond, responsable de Ariane en ESA, es de la segunda opinión, pero dice: "Un lanzador pequeño es muy interesante, aunque no estratégico, como Ariane 5. Europa debe construirlo, pero no se quién, si la industria sola con ayudas gubernamentales... ".

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