El fiscal promueve acciones penales por el escándalo del espionaje del Cesid

La grabación, filtración y difusión de las escuchas realizadas entre 1984 y 1991 por el Cesid serán investigadas por la fiscalía de Madrid a instancias del fiscal general del Estado, Carlos Granados. El Gobierno le ha instado a adoptar, por "interés público", acciones penales contra los responsables. El vicepresidente Narcís Serra y su sucesor al frente de Defensa, Julián García Vargas, comparecerán mañana ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso. Esta decisión no aplacó las iras de a oposición. El PNV se sumé al PP para exigir, infructuosamente, que sea el presidente del Gobierno, ...

La grabación, filtración y difusión de las escuchas realizadas entre 1984 y 1991 por el Cesid serán investigadas por la fiscalía de Madrid a instancias del fiscal general del Estado, Carlos Granados. El Gobierno le ha instado a adoptar, por "interés público", acciones penales contra los responsables. El vicepresidente Narcís Serra y su sucesor al frente de Defensa, Julián García Vargas, comparecerán mañana ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso. Esta decisión no aplacó las iras de a oposición. El PNV se sumé al PP para exigir, infructuosamente, que sea el presidente del Gobierno, Felipe González, quien dé la cara en este nuevo escándalo.

El presidente del PP, José María Aznar, pidió "que no se siga jugando con España a la ruleta rusa". Su portavoz parlamenta rio, Rodrigo Rato, dejó en el aire la sospecha de que el Gobierno haya utilizado algunas de estas grabaciones, difundidas por el diario El Mundo, para chantajear a los afectados.La Casa del Rey expresó su "asombro y preocupación" Por la grabación de conversaciones de don Juan Carlos y de su familia. Por su parte, el ex director de EL PAÍS Juan Luis Cebrián, uno de los periodistas afectados por las escuchas del Cesid, calificó de "muy graves" los hechos. "Pensé que el Gobierno socialista pondría coto a estas actividades, pero hace mucho que me decepcioné al respecto", agregó.

García Vargas aseguró que la filtración de las escuchas es producto de una sustracción por parte de alguien "con una relación muy directa con las operaciones del Cesid", en alusión al coronel Juan Perote Pellón, quien abandonó el centro en 1991.

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