Cartas al director

Siembra

Me atrevo a proponer que de ahora en adelante, y acompañando al simpático -y justificado- oso antimoroso, surja la figura (no menos simpática, ni menos justificada) del chirimbolo fastidioso, trasto que habría de estorbar el paso y perjudicar las vistas del señor alcalde (en sus actos oficiales), que es precisamente lo que nos ocurre a los ciudadanos en nuestra urbana cotidianeidad con los cacharros con los que el excelentísimo susodicho nos ha obsequiado.- ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Me atrevo a proponer que de ahora en adelante, y acompañando al simpático -y justificado- oso antimoroso, surja la figura (no menos simpática, ni menos justificada) del chirimbolo fastidioso, trasto que habría de estorbar el paso y perjudicar las vistas del señor alcalde (en sus actos oficiales), que es precisamente lo que nos ocurre a los ciudadanos en nuestra urbana cotidianeidad con los cacharros con los que el excelentísimo susodicho nos ha obsequiado.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En