Vuelve 'fachadolid'

La violencia 'ultra' crece en las calles de la capital de Castilla y León

"Nadie ayudó a mi hijo mientras dos jóvenes de ideología y vestimenta ultraderechista le pegaban", asegura María. Es la madre de Óscar, un muchacho vallisoletano de 19 años de edad que, sin adscripción política alguna, fue salvajemente golpeado por dos menores, al grito de "vamos a matarte, rojo".Nadie ayudó a Óscar, que se encontraba en su instituto del barrio de La Rondilla de Santa Teresa, mientras sufría la agresión ultra, "ni los profesores ni los alumnos del centro; sólo un amigo salió en su defensa", y también recibió unos cuantos golpes.

"El día menos pensado puede pasar algo mu...

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"Nadie ayudó a mi hijo mientras dos jóvenes de ideología y vestimenta ultraderechista le pegaban", asegura María. Es la madre de Óscar, un muchacho vallisoletano de 19 años de edad que, sin adscripción política alguna, fue salvajemente golpeado por dos menores, al grito de "vamos a matarte, rojo".Nadie ayudó a Óscar, que se encontraba en su instituto del barrio de La Rondilla de Santa Teresa, mientras sufría la agresión ultra, "ni los profesores ni los alumnos del centro; sólo un amigo salió en su defensa", y también recibió unos cuantos golpes.

"El día menos pensado puede pasar algo muy grave si las bandas fascistas siguen actuando en la calle sin que nadie las controle". Esto lo dice un red-skin (piel roja), que pasea por las calles de la ciudad "con tranquilidad, a pesar de que me tienen mucho asco y han puesto precio a mi cabeza". Este joven cree que la capital de Castilla y León corre el riesgo de "recuperar la denominación con la que durante muchos años se definió a Valladolid: Fachadolid".

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Hace un par de meses, quizá por miedo, nadie ayudó, salvo un hombre que también fue golpeado, a la esposa y a los dos hijos de un conocido intelectual de Valladolid. Eran las cinco de la tarde y su delito parece ser que fue la decoración con bandas rojas y amarillas, como una bandera de España, del suéter del hijo mayor. "No me lo explico todavía", relata la madre, que entre lágrimas de angustia recuerda el momento en el que andando junto a la Universidad, "dos chicos y una chica, esta última con un pendiente en la nariz, nos gritaron: "¡Deja a ese facha, deja a ese fascista!". Metros más atrás, su hija era arrastrada por el suelo "mientras en posición fetal intentaba protegerse de los golpes que un grupo muy numeroso de salvajes le daban a ella y después a nosotros dos".

Estas dos agresiones se han saldado con varios detenidos. Entre ellos se encuentran menores que han visitado por las mismas causas las dependencias policiales en repetidas ocasiones. Son una parte más de la creciente violencia que en los últimos meses se ha detectado en las calles de Valladolid a cargo de rapados y red-skins.

Varias peleas en menos de dos semanas, tres de ellas entre rapados ultraderechistas y red-skins de ultraizquierda, se han saldado, según la policía, con cinco heridos, seis detenidos y dos encarcelados. Entre los detenidos había dos muchachos de 15 y 16 años.

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Desde algunos colectivos sociales, la preocupación es manifiesta: la Unión de Juventudes Comunistas de España en Valladolid (UJC) se entrevistó recientemente con el delegado del Gobierno para denunciar la proliferación de grupos violentos, "y su respuesta fue más bien vaga, como si no conociera la realidad de la calle", seña la uno de los miembros de UJC.

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