Cartas al director

Nación de naciones

Me ha parecido muy certero el artículo del profesor Fernández Sebastián titulado ¿Nación de naciones o de ciudadanos? (EL PAÍS, 24 de mayo de 1995).

Quisiera añadir algunas consideraciones. No es exclusivo de España ser una "nación de naciones". Italia, Alemania, el Reino Unido, por ejemplo, lo son. Y también lo son países territorialmente pequeños, como la República Checa, Suiza, Holanda o Bélgica. La misma Francia, supuesto modelo de unidad y unanimidad, incluye Alsacia, Normandía, Provenza, Auvernia, Bretaña, Lorena, Rosellón. Sin embargo, nuestros vecinos, allende los ...

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Me ha parecido muy certero el artículo del profesor Fernández Sebastián titulado ¿Nación de naciones o de ciudadanos? (EL PAÍS, 24 de mayo de 1995).

Quisiera añadir algunas consideraciones. No es exclusivo de España ser una "nación de naciones". Italia, Alemania, el Reino Unido, por ejemplo, lo son. Y también lo son países territorialmente pequeños, como la República Checa, Suiza, Holanda o Bélgica. La misma Francia, supuesto modelo de unidad y unanimidad, incluye Alsacia, Normandía, Provenza, Auvernia, Bretaña, Lorena, Rosellón. Sin embargo, nuestros vecinos, allende los Pirineos, han conseguido enseñar a todos los ciudadanos una historia y cultura francesa comunes, sin ocultar sus múltiples aspectos y evitando cualquier idea de enfrentamiento, de país fraccionado.

En cualquier caso, los "hechos diferenciales" sólo se dan en cuestiones accidentales: idioma, características raciales, tradiciones, clima. En lo esencial, los seres humanos, realidad tangible, son iguales, sufren y se alegran por cosas parecidas y tienen un similar concepto de la dignidad. Pero apelando a las cuestiones accidentales, a veces meras apariencias, lavados de cerebro, entelequia en suma, se enfrenta a unos ciudadanos con otros.

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Estamos lejos de alcanzar la utopía de una verdadera fraternidad universal, pero, aunque pueda parecer hoy ilusorio, llegará un día que se podrá circular libremente por el globo terráqueo y cada cual se establecerá donde más le convenga. Muy por delante de las "señas de identidad" de cada comunidad, comarca, región o país, debería estar la defensa de las libertades individuales y la supresión de fueros y privilegios, por muy "históricos" que sean.

Soy consciente de la dificultad que entraña poner en práctica este ideal. La escuela es, sin duda, el punto de partida. Comencemos por impedir que sea el origen de la discordia. ¡Ardua cuestión, pues la escuela imparte las ideas a través de profesores!-

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