CONFLICTO EN LA SANIDAD PÚBLICA

El paso atrás de Sanidad radicaliza la huelga de médicos en los hospitales del Insalud

Los líderes sindicales desautorizan a la ministra y piden otro interlocutor al Gobierno

Los médicos en huelga han dado por terminada la negociación. O se firma el acuerdo consensuado con el Insalud el miércoles, o la guerra. Mientras la ministra de Sanidad, Ángeles Amador, insistía ayer por todos los medios a su alcance que los sindicatos "han vendido un engaño con mala fe y tergiversación", el líder sindical Vicente Garcés la descalificaba para conseguir un acuerdo. "Su firma ya no vale nada", dijo. Los médicos vocearon su malestar en calles y hospitales, atizando un fuego que empezaba a apagarse por sí solo y hoy cumple 26 días sin esperanza en 10 comunidades autónomas.

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Los médicos en huelga han dado por terminada la negociación. O se firma el acuerdo consensuado con el Insalud el miércoles, o la guerra. Mientras la ministra de Sanidad, Ángeles Amador, insistía ayer por todos los medios a su alcance que los sindicatos "han vendido un engaño con mala fe y tergiversación", el líder sindical Vicente Garcés la descalificaba para conseguir un acuerdo. "Su firma ya no vale nada", dijo. Los médicos vocearon su malestar en calles y hospitales, atizando un fuego que empezaba a apagarse por sí solo y hoy cumple 26 días sin esperanza en 10 comunidades autónomas.

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Cinco miembros del comité negociador de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) permanecen desde la noche del miércoles encerrados en el Insalud hasta que se firme el preacuerdo consensuado el día anterior. Desde la CESM se pide al Gobierno un nuevo negociador, tras considerar a Ángeles Amador "incapacitada" para ello. En Presidencia del Gobierno insistieron ayer en que "el único interlocutor válido en este conflicto es el Ministerio de Sanidad".La ministra se negó a última hora del miércoles a firmar el pacto, argumentando que los sindicatos "habían tergiversado" el sentido del documento. El párrafo que Ángeles Amador intentó renegociar a última hora sin éxito con el presidente de la CESM, Vicente Garcés (ver El PAÍS de ayer), se interpretó en las asambleas hospitalarias como un compromiso para una subida fija progresiva hasta las 100.000 pesetas mensuales en tres años. La ministra tardó 14 horas en reaccionar ante esta interpretación. Durante este tiempo sí acordó con la CESM, sin problemas, modificar otros dos aspectos relacionados con la jornada laboral y la mesa técnica, a sugerencia del Ministerio de Administraciones Públicas.

Garcés dijo no comprender cómo "por interpretaciones subjetivas se puede llegar a romper un acuerdo negociado", si bien reconoció que el texto se presta a múltiples visiones. Él entiende, como la ministra, que en el párrafo no figura expresamente cantidad alguna. "Si hubiéramos querido hacerlo habríamos escrito 33.000 pesetas por cada año". Y por eso se atrinchera en no cambiarlo. Pero también dice que el compromiso es una adecuación salarial a tres años en función de los presupuestos disponibles y de los recursos que puedan aflorar con una mejor organización, "lo que puede suponer en 1996 una subida de cero pesetas, o de 200.000".

Ángeles Amador insistió todo el día en que nunca se comprometió mas allá de aumentar 30.000 pesetas en 1995 y a mantenerlas -como mínimo en esa cantidad- en los dos años posteriores y anunció, por la tarde, en el Congreso de los Diputados una nueva redacción del párrafo en litigio. "Espero que refleje con toda claridad que hay un acuerdo de complemento para este año, que se mantiene para el 96 y el 97 con el afán de mejora".

De todas las reuniones -más de una docena-, de todas las ofertas -cuatro-, que ha presentado hasta ahora el Insalud, la de la madrugada del miércoles fue asumida por la CESM apenas sin pestañear. A pesar de que sus líderes se limitaron a leerlo en las asambleas, sin proporcionar copias a sus colegas, la euforia reinante les hizo predicar que habían ganado "por goleada".

Amador subrayó ayer su indignación en el Congreso por el hecho de que se hubiera estado explicando en los hospitales como logro "una reivindicación que vulnera el acuerdo sobre función pública firmado el pasado mes de septiembre con los sindicatos". Mientras, Vicente Garcés mostraba la suya por no haber podido firmar el acuerdo con una flamante pluma de oro que le había traído expresamente su mujer desde Valencia para la ocasión. "Sólo la he usado dos veces", decía orgulloso.

La directora general del Insalud, Carmen Martínez Aguayo aclaró ayer que la subida de 30.000 pesetas mensuales pactada para el año 1995 es un "complemento fijo de productividad" al que podrían acceder todos los médicos, "siempre que se vinculen a la realización de unos objetivos concretos", informa Elena Castelló. Estos objetivos sólo se recogen en el documento de forma voluntaria.

Estos objetivos son para Aguayo, la implantación de la libre elección de especialista y la mejora de la calidad de la asistencia hospitalaria, según consta en el documento elaborado por el propio Insalud, y significan "la reorganización de las horas de consultas externas en la atención ambulatoria y la disminución en los tiempos de espera", según afirmó. "Evidentemente los facultativos que no se vinculasen a la realización de estos objetivos no cobrarían".

En la asamblea del Hospital Clínico el día anterior, sin embargo, los portavoces del comité de huelga explicaban claramente a sus compañeros que la subida era una oferta igual para todos independientemente de que los médicos cambiaran o no sus horarios

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