Temor a un retraso de las legislativas rusas por un eventual veto de Yeltsin a la ley electoral

El presidente ruso, Borís Yeltsin, se disponía anoche a vetar la ley de elecciones aprobada por el Parlamento y a enviar próximamente a la Duma -Cámarabaja- las enmiendas que quiere introducir. El veto puede producir serios trastornos en la campaña, a la que ya se han lanzado la mayoría de los partidos, e incluso llevar a un aplazamiento de las legislativas,previstas para diciembre. El líder ruso puede estar buscando un retraso para eliminar el peligro de que el primer ministro, Víctor Chernomirdin, se convierta en su competidor directo.

Al menos dos hechos. apuntan hacia la interpretac...

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, se disponía anoche a vetar la ley de elecciones aprobada por el Parlamento y a enviar próximamente a la Duma -Cámarabaja- las enmiendas que quiere introducir. El veto puede producir serios trastornos en la campaña, a la que ya se han lanzado la mayoría de los partidos, e incluso llevar a un aplazamiento de las legislativas,previstas para diciembre. El líder ruso puede estar buscando un retraso para eliminar el peligro de que el primer ministro, Víctor Chernomirdin, se convierta en su competidor directo.

Al menos dos hechos. apuntan hacia la interpretación de que el presidente apuesta por el aplazamiento de las elecciones parlamentarias. Hace días, el principal consejero político de Yeltsin, Gueorgui Satárov, anunció que Yeltsin no vetaría la ley, sino que la firmaría y, acto seguido, enviaría sendos proyectos de ley con las enmiendas, que deseaba hacer. Esta fórmula, un poco compleja, la había elegido el presidente supuestamente para no poner en peligro la celebración de los comicios en la fecha prevista.En segundo lugar, el eventual veto presidencial fue anunciado momentos después de la entrevista de Yeltsin con Vladímir Shumeiko, jefe del Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento. La oficina de prensa del presidente se limitó a dar cuatro líneas de información sobre este encuentro, en las que decía que ambos dirigentes habían "discutido la ley de elecciones a la Duma y también los problemas en torno a la formación del Consejo de la Federación". Y Shumeiko es conocido por abogar abiertamente por el aplazamiento de los comicios. Durante su reciente viaje al Reino Unido, Shumeiko declaró que no sucedería "ninguna tragedia" si las parlamentarias se celebrasen junto a las presidenciales, es decir, no en diciembre de, este año, sino en junio del próximo.

¿Pero por qué Yeltsin desearía aplazar las elecciones parlamentarias, en las que el bloque Nuestra Casa Es Rusia, encabezado por Chernomirdin, debía hacer de exploradlor y sondear si el actual régimen -léase Yeltsin- podría vencer en las presidenciales? Precisamente por el éxito de Chernomirdin, que ahora pronostica la mayoría de los politólogos.

Yeltsin propició en un principio la formación de dos bloques -uno de centro derecha y otro de centro izquierda-, que debían servir de contrapeso el uno al otro y permitir ganar los votos que de otra manera irían ala oposición irreconciliable, a extremistas de diferente signo. Pero si el bloque de centro derecha -que lidera Chernornirdin- está formado y ya cuenta con el apoyo de numerosos dirigentes provinciales, el de centro izquierda -que debe encabezar Iván Ribkin, presidente de la Duma- no acaba de cuajar, y los partidos que se pensaba ingresarían en esta alianza se han negado abiertamente a hacerlo.

Esto ha reforzado la influencia de Chernomirdin, y en algunos periódicos han aparecido ya artículos en los que se dice que, si Nuestra Casa Es Rusia gana las elecciones de diciembre, las fuerzas que están detrás del actual régimen podrían apostar por el actual primer ministro y no por Yeltsin -cuyo índice actual de popularidad es muy bajo- como candidato presidencial. Aunque Yeltsin, oficialmente, no ha anunciado que se presentará a la reelección, nadie duda de que piensa hacerlo, y todos saben cuánta desconfianza siente hacia sus posibles competidores.

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Fuera del maratón

La manera de neutralizar a Chernomirdin sin tener que enemistarse con él ni destituirle es justamente aplazar las elecciones parlamentarias y realizarlas junto con las presidenciales. Así, el líder de Nuestra Casa Es Rusia quedaría automáticamente fuera del maratón presidencial, pues está comprometido con el parlamentario. El prestigioso periódico Izvestia aseguraba el viernes que el entorno de Yeltsin está muy preocupado por el hecho de que Chernomirdin "podía pretender seriamente" optar al sillón presidencial y buscaba "una salida a esta situación". Y como una de las variantes que se estudiaban señalaba la celebración simultánea de los comicios a mediados del año próximo.

Independientemente de estos supuestos planes, Yeltsin está en desacuerdo con tres puntos de la ley electoral aprobada por el Parlamento. Prime ro, piensa que no es conveniente elegir a la mitad de los diputados (225) por el sistema pro porcional en listas de partidos y considera que 125 bastan. El resto (335) deberían elegirse por sistema mayoritario, donde tienen más posibilidades los actuales dirigentes, es decir, el partido del poder, encabezado por Chernomirdin y apoyado por Yeltsin. Segundo, cree que para que los comicios sean válidos debe participar un mínimo del 50% del censo, y no del 25% como estipula la ley. Y por último, está en contra de que los funcionarios del Estado congelen sus actividades profesionales si participan en la campaña electoral.

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