La extrema derecha flamenca intenta afianzar el apoyo de los excluídos

Los partidos de extrema derecha del país -el ultranacionalista flamenco Vlaams Blok (VB) y los francófonos Frente Nacional (FN) y Agir- intentarán hoy afianzar el espectacular resultado alcanzado en las dos elecciones del año pasado. En los comicios al Parlamento Europeo (PE) de junio pasado estos tres partidos recibieron el apoyo de 650.000 electores (el 9% del total), que se redujo hasta 590.000 votos (8,2% del total) en las municipales de octubre. De los tres partidos, al menos uno no podrá conseguirlo. El FN no puede presentar candidatos al Senado por fraude.El principal temor de los parti...

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Los partidos de extrema derecha del país -el ultranacionalista flamenco Vlaams Blok (VB) y los francófonos Frente Nacional (FN) y Agir- intentarán hoy afianzar el espectacular resultado alcanzado en las dos elecciones del año pasado. En los comicios al Parlamento Europeo (PE) de junio pasado estos tres partidos recibieron el apoyo de 650.000 electores (el 9% del total), que se redujo hasta 590.000 votos (8,2% del total) en las municipales de octubre. De los tres partidos, al menos uno no podrá conseguirlo. El FN no puede presentar candidatos al Senado por fraude.El principal temor de los partidos democráticos se centra en el resultado del VB, que quiere capitalizar la protesta de los excluidos. Tiene su feudo en Amberes, segundo puerto de Europa. Ahí obtuvo en octubre el apoyo del 28% de los votos. Los extremistas flamencos han moderado durante esta campaña su discurso centrándose en las "abusivas" transferencias, vía Seguridad Social, del norte al sur del país. "Los valones ya nos roban 1.000 millones de francos (unos 4.200 millones de pesetas) al año", afirma el joven líder del partido, Philip Dewinter. El VB tiene muy buenas relaciones con el FN francés y los Republikaner alemanes. Su objetivo es separar el norte y el sur del país y absorber la tercera región bilingüe (Bruselas) para convertirla en capital del nuevo Estado flamenco.

El VB consiguió convertirse en las anteriores elecciones legislativas (1991) en el cuarto partido de Flandes, desbordando a los ecologistas. Los dos partidos verdes pretenden mantenerse en la oposición y lograr sus objetivos a cambio de apoyos puntuales. Entre ambos suman un 10% del electorado.

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