CONFLICTO EN LA SANIDAD PÚBLICA

Una decisión individual

La asamblea del Doce de Octubre, a pesar de su masiva asistencia, se parecía más a un congreso de especialistas que a una reunión de profesionales en lucha por la mejora de sus salarios. Tan sólo una mano se levantó, entre cerca de 350, cuando se solicitaron voluntarios para formar el comité de huelga. Sólo al final dos asistentes más aceptaron incorporarse a la mesa "para hacer carteles y organizar las reuniones", según explicaba a los asistentes el secretario de la Asociación de Médicos del Hospital, Jacinto García Pascual, tratando de imbuirles algo más del espíritu organizativo de un colec...

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La asamblea del Doce de Octubre, a pesar de su masiva asistencia, se parecía más a un congreso de especialistas que a una reunión de profesionales en lucha por la mejora de sus salarios. Tan sólo una mano se levantó, entre cerca de 350, cuando se solicitaron voluntarios para formar el comité de huelga. Sólo al final dos asistentes más aceptaron incorporarse a la mesa "para hacer carteles y organizar las reuniones", según explicaba a los asistentes el secretario de la Asociación de Médicos del Hospital, Jacinto García Pascual, tratando de imbuirles algo más del espíritu organizativo de un colectivo en huelga.Una huelga "en conciencia": así la definen muchos médicos. No hay pasquines, ni consignas, ni corrillos indignados en los pasillos. "Hemos ido al paro de forma individualizada, sin apenas reunirnos antes, sin saber muy bien lo que iban a hacer los compañeros, pero al final todos hemos coincidido", afirmaba uno de los participantes en la asamblea.

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Las intervenciones son pausadas y breves. La división de opiniones apenas crea polémica. La mayoría insiste en la, necesidad de que cada cual decida. El ambiente, aséptico y frío,comenzó a calentarse apenas hacia el final de la asamblea, cuando empezaron a surgir algunas alusiones a la "dureza" de Carmen Martínez Aguayo, la directora General del Insalud -"una compañera que está sacrificando a los médicos"- y la "manipulación de los socialistas". "Los médicos son muy particulares, nunca se sabe cómo van a reaccionar", comentaba un sindicalista, encogiéndose de hombros.

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