Rupert Murdoch se impone a los que trataban de limitar su poder EE UU permite al magnate mantener la cadena Fox

Existe una norma en los Estados Unidos que limita a un 25% la propiedad de televisiones por parte de extranjeros. Durante los últimos 18 meses, la autoridad reguladora -denominada Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) ha investigado si la cadena Fox, que forma parte del imperio del magnate Rupert Murdoch, había violado esa ley. La FCC resolvió el jueves que, en efecto, Murdoch ha incumplido la norma; pero no le sanciona por ello, ni le obliga a desprenderse de las acciones.En la solución más blanda que podía adoptar, la FCC -en la que participan demócratas y republicanos-. ha...

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Existe una norma en los Estados Unidos que limita a un 25% la propiedad de televisiones por parte de extranjeros. Durante los últimos 18 meses, la autoridad reguladora -denominada Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) ha investigado si la cadena Fox, que forma parte del imperio del magnate Rupert Murdoch, había violado esa ley. La FCC resolvió el jueves que, en efecto, Murdoch ha incumplido la norma; pero no le sanciona por ello, ni le obliga a desprenderse de las acciones.En la solución más blanda que podía adoptar, la FCC -en la que participan demócratas y republicanos-. ha decidido dar a News Corporation, el grupo empresarial de Murdoch, la oportunidad de demostrar que su cadena televisiva sirve "al interés público" para evitar que se le aplique la ley del 25%.

El pleito de la cadena Fox viene de antiguo. El australiano Rupert Murdoch adoptó la ciudadanía norteamericana en 1985 y compró un ano más tarde seis estaciones de televisión que sirvieron como base de la que ha llegado a ser la cuarta cadena más importante de EE UU. La Fox no ha dejado de crecer y de: comerle terreno a las tres grandes -ABC, NBC y CBS con golpes tan audaces como el de conseguir, en 1994, la exclusiva de las retransmisiones de fútbol americano

[al precio de 1.400 millones de dólares por los derechos] o colocarse en la cabeza de la audiencia joven ciertos días de la semana.

Esas grandes cadenas generalistas han alentado el pleito contra Murdoch, que formalmente se inició a petición de una asociación defensora de los derechos de la minoría neegra.

La investigación de la FCC ha confirmado que News Corporation posee el 99% de las acciones de la cadena. Murdoch argumenta que no engañó a nadie con esa compra y que su actual ciudadanía norteamericana debería bastar para resolver los problemas legales, porque él tiene la mayoría del voto en la cadena y posee además el 46% de News Corporation.

Tres de los cinco miembros de la FCC han sido especialmente sensibles a estos argumentos: después de descartar la posibilidad de obligar a Murdoch a reestructurar la empresa, desprenderse de parte de sus acciones o pagar una multa de 500.000 dólares, la comisión ha decidido, por unanimidad, darle un plazo de 45 días para que demuestre que tiene derecho a una excepción de la ley del 25%, que se aprobó hace 80 años y que prevé el argumento del "interés público".

En los Estados Unidos no es probable que alguien proteste porque se reconozca como "de interés público" la existencia de una cuarta cadena de cobertura nacional que rompa el "monopolio de hecho" mantenido históricamente por las tres grandes cadenas generalistas. En la FCC se contempla positivamente la competencia que introduce la Fox.

La decisión de la autoridad reguladora supone una importante victoria legal para Murdoch, de 63 años, que tiene excelentes relaciones con los dirigentes del Partido Republicano.

Esas relaciones son particularmente buenas con Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes, al que la editorial Harper Collins-que pertenece a News Corporation- ofreció un adelanto de 4,5 millones de dólares (540 millones de pesetas) por un libro. En medio del escándalo que provocó la noticia, algunos congresistas demócratas dudaron de la imparcialidad de Gingrich en eventuales decisiones sobre los problemas legales de Murdoch, cuyo último proyecto en EE UU consiste en financiar una revista semanal que sirva como estandarte ideológico y periodístico de la revolución conservadora de Newt Gingrich.

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