El gobernador de Oklahoma asume que no pueden rescatar a todas las víctimas

Las autoridades comienzan a perder las esperanzas de encontrar más cadáveres entre los escombros del edificio de Ok1ahoma destruido por una bomba el pasado 19 de abril, mientras los investigadores intentan recomponer el rompecabezas de la conspiración ultraderechista que se sospecha detrás del atentado."Creo que es innegable que no vamos a encontrar a todas las víctimas. Muchos cadáveres nunca podrán ser recuperados", reconoció ayer el gobernador de Oklahoma, Frank Keating.

Los miembros de los equipos de rescate han advertido que la estructura del edificio que servía de sede a varias of...

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Las autoridades comienzan a perder las esperanzas de encontrar más cadáveres entre los escombros del edificio de Ok1ahoma destruido por una bomba el pasado 19 de abril, mientras los investigadores intentan recomponer el rompecabezas de la conspiración ultraderechista que se sospecha detrás del atentado."Creo que es innegable que no vamos a encontrar a todas las víctimas. Muchos cadáveres nunca podrán ser recuperados", reconoció ayer el gobernador de Oklahoma, Frank Keating.

Los miembros de los equipos de rescate han advertido que la estructura del edificio que servía de sede a varias oficinas del Gobierno se encuentra ya en una situación extremadamente débil, y que cualquier intento de mover ciertos bloques de cemento para buscar cadáveres podría provocar el hundimiento de los pisos que todavía quedan en pie.

Los expertos tenían esperanzas de haber llegado la pasada, semana a una zona de escombros en la que se suponía que habría cerca de un centenar de cadáveres, pero el acceso a ese área se ha hecho muy peligroso.

Al mismo tiempo, cuanto más profundo se ha llegado en los montones de hierro y cemento más irreconocibles eran los restos de las personas que murieron en la explosión. Las autoridades temen que lo que se pueda encontrar a partir de ahora sean únicamente pedazos de cuerpo que hagan imposible saber a quién pertenecían. El número de cadáveres recuperados hasta el momento es de 124, y al menos 64 personas más siguen desaparecidas.

Los responsables del rescate no han querido todavía mencionar la posibilidad de abandonar la búsqueda, aunque ésta se va haciendo cada día más inútil, como prueba el olor a carne descompuesta que se extiende ya por el centro de Oklahoma.

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Silencio de McVeigh

Igualmente frustrante resulta por ahora la búsqueda de pistas que lleven a los autores y los motivos de atentado. El único responsable directo detenido hasta el momento, Timothy McVeigh, se niega a colaborar con las autoridades, y éstas se inclinan cada día más a pensar que el detenido no fue más que una pieza menor de un plan de mayor alcance.

Fuentes oficiales citadas ayer por el diario The Washington Post afirman que cinco días antes de la explosión, cuando McVeigh llegó a la ciudad de Junction City, donde alquiló el camión que utilizaría en el atentado, el veterano de la guerra del Golfo sólo sabía que intervendría en una acción terrorista para conmemorar el 19 de abril, segundo aniversario de Waco.

Cuando McVeigh se registró el 14 de abril en el hotel de Junction City lo hizo con su verdadera identidad y con documentos auténticos. Cuando, tres días después, alquiló el camión, presentó ya documentos falsificados. Los investigadores creen que algo ocurrió en esos tres días que puso a McVeigh camino de la ciudad de Oklahoma.

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