LIBROS

La mejor biblioteca privada de España tiene más de 18.000 ejemplares

Madrid alberga la mejor biblioteca privada de España. Al menos eso es lo que piensan historiadores y estudiosos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que califican la biblioteca Francisco de Zabálburu y Basabe como inmejorable. Más de 18.000 volúmenes editados a partir del siglo XI hasta el XIX, en pergamino, hilo o seda, se conservan en las bruñidas estanterías de madera y cristal de un palacio madrileño cercano al paseo de Recoletos. Todo se conserva igual que lo estaba en 1877.

En una calle paralela a la de Alcalá, Marqués del Duero, se levanta un palacio diseñado en el último cu...

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Madrid alberga la mejor biblioteca privada de España. Al menos eso es lo que piensan historiadores y estudiosos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que califican la biblioteca Francisco de Zabálburu y Basabe como inmejorable. Más de 18.000 volúmenes editados a partir del siglo XI hasta el XIX, en pergamino, hilo o seda, se conservan en las bruñidas estanterías de madera y cristal de un palacio madrileño cercano al paseo de Recoletos. Todo se conserva igual que lo estaba en 1877.

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En una calle paralela a la de Alcalá, Marqués del Duero, se levanta un palacio diseñado en el último cuarto del siglo XIX por el arquitecto Segundo de Lema, autor también del panteón de Infantes de San Lorenzo de El Escorial.Un ala del palacio permanece casi intacta desde hace un siglo. Se trata de la casa que perteneciera al patricio, intelectual y bibliófilo bilbaíno Francisco de Zabálburu. Hoy es propiedad de siete herederos y nietos del prócer Zabálburu, encabezados por el duque de Granada.

Es un edificio de ladrillo y granito, con ancha entrada para caballerías. A la izquierda, una pequeña puerta de madera oscura da paso a una atildada sala de lectura que permite adivinar lo que el piso superior contiene. Ocupa casi toda la planta una sala rectangular, de dimensiones generosas: de 25 metros de longitud por 10 metros de altura y otros tantos de anchura.

El agua de unas vasijas de estilo Talavera tiene la finalidad de brindar humedad a los alargados exhibidores de madera de pino de color claro, horadados por cristales, que muestran el tesoro que el palacio cobija: 18.000 libros, centenares de ellos incunables en castellano y otras lenguas editados a mano antes del año de 1500; otros, de excelente impresión seriada en Maguncia, Londres, Ginebra, Salamanca, París, Cartagena de Indias o el Toledo imperial, así como mapas y alzados de edificios.

Es toda una sinfonía de libros magníficos, gruesos, a menudo escritos con letra gótica -donde las eses se confunden con las efes-, ilustrados con dibujos a veces confeccionados con panes de oro, cuyaspomposas letras iniciales, capitulares, recuerdan flores polícromas y aves; de lomos de piel brillante, los libros cuentan con balduques y cintas coloreadas para señalar las páginas donde yacen conocimientos de historia, astronomía, literatura, medicina, viajes...

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Ramón Menéndez Pidal acostumbraba consultar la Crónica general de Indias. Julio Caro presentó en sociedad la biblioteca hace años, ante la Reina. Hoy, decenas selectas de estudiantes de Harvard, Oxford, París, Cambridge, también de la Complutense o de la Autónoma y Bellaterra, acuden a la biblioteca a consultar sus magníficos libros, que, con primor, conserva Mercedes Noviembre, entusiasta bibliotecaria.

Para visitas, contactar con la biblioteca. Marqués del Duero, 7.

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