La secta sospechosa del atentado de Tokio tenía documentos sobre armas atómicas

La secta japonesa La Verdad Suprema, sospechosa del atentado en el metro de Tokio con gas sarín del pasado 20 de marzo, es ahora también sospechosa de intentar construir una bomba atómica, según informaba ayer el diario Mainichi Shimbun. El atentado del metro ha costado ya la vida a 11 personas, la última de las cuales, Katsuaki Tanaka, de 53 años, murió ayer en un hospital de la capital nipona como consecuencia de un fallo renal derivado de las lesiones producidas por el sarín.El Mainichi daba cuenta de que un documento con información de alto nivel sobre el proceso de enriqueci...

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La secta japonesa La Verdad Suprema, sospechosa del atentado en el metro de Tokio con gas sarín del pasado 20 de marzo, es ahora también sospechosa de intentar construir una bomba atómica, según informaba ayer el diario Mainichi Shimbun. El atentado del metro ha costado ya la vida a 11 personas, la última de las cuales, Katsuaki Tanaka, de 53 años, murió ayer en un hospital de la capital nipona como consecuencia de un fallo renal derivado de las lesiones producidas por el sarín.El Mainichi daba cuenta de que un documento con información de alto nivel sobre el proceso de enriquecimiento de uranio -etapa clave para la producción de armas nucleares- fue descubierto por la policía entre los efectos personales de uno de los miembros de la secta.

Se trata de un invididuo de 26 anos, cuya identidad no ha sido revelada, que fue detenido por la policía el pasado 23 de marzo cuando viajaba en un coche propiedad de la secta en el que se transportaban productos químicos y máscaras de gas. La secta es también sospechosa de intentar producir el gas venenoso sarín y de fabricar armas biológicas.

El documento con información nuclear encontrado en poder de la secta pertenece a una importante compañía de maquinaria pesada y estaba clasificado sólo para uso interno". La empresa en cuestión está especializada en alta tecnología del láser, que según los expertos podría ser utilizada en el futuro para enriquecer uranio.

Los dirigentes de la secta insisten en negar toda implicación en el atentado del metro y en el de Matsumoto en junio de 1994, que causó siete muertos. El líder de La Verdad Suprema, Shoko Asahara, de 39 años, sigue en paradero desconocido.

Mientras, una delegación de la policía japonesa viajó ayer a Moscú para investigar las sucursales de la secta, que cuenta con 30.000 miembros en Rusia. Al parecer, la secta está desarrollando en ese país un programa de entrenamiento militar, y ya dispone de un helicóptero fabricado en Rusia y de un detector de gas, según la agencia Jiji.

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