El Plan Estratégico Conjunto de los ejércitos nace amenazado por la falta de dinero para financiarlo

"España no tiene enemigos", proclama el nuevo Plan Estratégico Conjunto 1995-2000, que ayer conoció la Junta de Defensa Nacional, reunida en La Zarzuela bajo la presidencia del Rey. La mayor amenaza para la defensa española no viene, sin embargo, del exterior, sino del déficit público y de los consiguientes ajustes presupuestarios. Hacienda ha paralizado la ley programa que debía garantizar la financiación del PEC, y éste corre el peligro de quedarse en papel mojado.

El PEC 1995-2000, que será aprobado próximamente por el Consejo de Ministros, está formado básicamente por dos documentos...

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"España no tiene enemigos", proclama el nuevo Plan Estratégico Conjunto 1995-2000, que ayer conoció la Junta de Defensa Nacional, reunida en La Zarzuela bajo la presidencia del Rey. La mayor amenaza para la defensa española no viene, sin embargo, del exterior, sino del déficit público y de los consiguientes ajustes presupuestarios. Hacienda ha paralizado la ley programa que debía garantizar la financiación del PEC, y éste corre el peligro de quedarse en papel mojado.

El PEC 1995-2000, que será aprobado próximamente por el Consejo de Ministros, está formado básicamente por dos documentos: el Concepto Estratégico y el Objetivo de Fuerza Conjunto.

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El primero desarrolla la doctrina de utilización de las Fuerzas Armadas españolas en función de los riesgos previsibles. El segundo, establece los medios materiales y humanos que necesitan para cumplir las misiones que les son asignadas.

Fuentes conocedoras de este plan, de carácter secreto, aseguran que el programa de inversiones que incluye el PEC es "modesto" con un coste superior al medio billón de pesetas en un lustro. Se trata de aumentar progresivamente el 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB) que España destina actualmente a Defensa, pero sin llegar ni de lejos al 2% que aprobó el Congreso en julio de 1991.

Las posibilidades de que se aplique son, sin embargo, escasas. La base financiera del PEC debía ser la nueva ley programa, sustituta de la incumplida ley de Dotaciones Presupuestarias para las Fuerzas Armadas, cuya aprobación está pendiente desde 1992. En diciembre, Defensa remitió a Hacienda el último borrador de la ley, que fijaba con carácter vinculante las inversiones militares de los dos próximos años y daba una orientación para los cuatro siguientes.

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A mediados de enero, sin embargo, el presupuesto militar de este mismo ejercicio, recién entrado en vigor, sufrió un recorte de 12.776 millones y un bloqueo de otros 42.000, con lo que cualquier previsión a medio plazo saltaba por los aires. La viabilidad de la propia ley programa, actualmente bloqueada, quedó en entredicho.

La situación se ha complicado en las últimas semanas. Las estimaciones económicas que contiene el PEC se hicieron en pesetas constantes de 1994, por lo que no tienen en cuenta la devaluación del 7% de la moneda española recientemente decidida por el Gobierno y la depreciación, aún mayor, forzada por los mercados.

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