Amedo acusa a Álvarez y Planchuelo de dirigir los atentados contra los bares Batzoki y Consolation

El ex subcornisario José Amedo acusó ayer a sus superiores jerárquicos Francisco Álvarez y Miguel Planchuelo, de haber dirigido y financiado, en febrero de 1986, los atentados contra los bares Batzold y La Consolation, en el sur de Francia. Amedo, que durante el junio en el que fue condenado a 108 años de cárcel negó que estuviera encubriendo a sus jefes, y que se escudó en que era de "mala educación" revelar el contenido de sus conversaciones con éstos, olvidó ayer sus buenos modales. Dijo que la captación de mercenarios y la ejecución de los atentados fueron ordenadas desde el Gabinete de Op...

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El ex subcornisario José Amedo acusó ayer a sus superiores jerárquicos Francisco Álvarez y Miguel Planchuelo, de haber dirigido y financiado, en febrero de 1986, los atentados contra los bares Batzold y La Consolation, en el sur de Francia. Amedo, que durante el junio en el que fue condenado a 108 años de cárcel negó que estuviera encubriendo a sus jefes, y que se escudó en que era de "mala educación" revelar el contenido de sus conversaciones con éstos, olvidó ayer sus buenos modales. Dijo que la captación de mercenarios y la ejecución de los atentados fueron ordenadas desde el Gabinete de Operaciones Especiales de Interior, dirigido por Álvarez, y que el jefe superior de policía de Bilbao, Planchuelo, fue quien le transmitió las órdenes.

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El ex policía realizó ayer otro ejercicio de memoria. Después de detallar los pormenores del secuestro de Segundo Marey y revelar los pagos en Suiza con cargo a los fondos reservados por importe de 200 millones en cuentas abiertas por su esposa y la de Michel Domínguez, ayer le tocó el turno a los atentados por los que él y su compañero fueron condenados a 108 años por seis, asesinatos frustrados.Durante las seis horas que el ex subcomisario declaró ante el juez recordó que él estaba en el despacho de Planchuelo y que éste llamaba a Madrid, al Gabinete de Información y Operaciones Especiales y que desde allí le ordenaron que fuese a Portugal, que contratase mercenarios, y posteriormente, que llevase a los sicarios portugueses a la frontera para que efectuasen los ametrallamientos en los bares indicados de Bayona y San Juan de Luz. Amedo explicó que cada uno de los movimientos que hizo fue consultado y que desde Madrid -en referencia a Álvarez- se le ordenó cada movimiento.

Respecto a la financiación de los dos atentados, Amedo sólo recordó dos entregas de dinero en efectivo, si bien no pudo precisar el monto de las partidas ni situarlas en el tiempo. Una de las veces, según el ex policía, le llegó un sobre con dinero por medio del comandante de un avión que realizó el trayecto Madrid- Bilbao. El sobre prorocedía del Ministerio del Interior y el contenido eran francos franceses.

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La segunda vez, el sobre con dinero estaba en el despacho de Planchuelo en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. Amedo precisó que se trataba de un sobre blanco y bastante voluminoso, por lo que supone que la cantidad era importante, aunque sin poder cuantificarla. Era el último pago para los mercenarios portugueses antes de volver a su país. Este pago se realizó a Roge-Carvalho da Silva, Antonio Ferreira Cisneros, Mario Correia da Cunha y Wolfango Pereira de Macedo. Paulo Figueredo Fontes fue detenido tras el atentado al bar La Consolation.

El ex policía puntualizó que los primeros gastos fueron pagados de su bolsillo y el de Michel Domínguez, tanto en efectivo como con tarjeta Visa. Después, pasaron los gastos a través de la Jefatura Superior de Bilbao y les fueron abonados.

Amedo no lanzó nuevas acusaciones ni por arriba ni por abajo, esto es ni contra Vera, Barrionuevo o Corcuera, ni contra otros policías que interviniesen en la operación. Domínguez, en su declaración posterior, amplió la historia con más detalles pero en el mismo sentido.

Los atentados contra los bares Batzoki, de Bayona, y La Consolation, de San Juan de Luz, se realizaron en febrero de 1986, con el resultado de cinco personas gravemente heridas en el primero y de una en el segundo.

Amedo ya reveló el pasado 28 de diciembre una entrevista mantenida en Madrid por el reclutador de mercenarios Jean Philippe Labade con Francisco Álvarez y Planchuelo y él mismo. El ex agente relató que en diciembre de 1984 recibió el encargo de recibir al francés Labade, que acababa de salir de la cárcel en Francia. Amedo y Planchuelo se alojaron en el Castellana Hilton, donde recibieron a Labade y al que acompañaron andando hasta el hotel Villamagna, donde les esperaba Francisco Alvarez. Allí, Labade entregó al entonces director del Gabinete de Información y Operaciones Especiales una serie de documentos y ambos mantuvieron una conversación en francés, idioma que Amedo no domina. Acabado el encuentro, Álvarez encargó a Amedo que acompañase a Labade hasta Andorra y le entregó una cantidad en francos franceses. Pocos días después, Amedo y Domínguez trasladaron al reclutador de mercenarios desde Lérida a Andorra. Planchuelo y Álvarez salieron en libertad bajo fianza la semana pasada, tras pasar dos meses en la cárcel por su relación con el secuestro de Marey.

Por otro lado, el juez ha decidido deducir testimonio respecto al pago de los 200 millones a las mujeres de Amedo y Domínguez, incluido en el sumario por el secuestro de Segundo Marey, para incorporarlo al sumario 1/88, conocido como caso Amedo. El fiscal Pedro Rubira y el juez Garzón consideran que el pago con fondos reservados de 450.000 a 600.000 pesetas al mes a Amedo y Domínguez, así como las cuatro entregas realizadas en Suiza a sus mujeres, tiene poco que ver con los hechos y delitos que se investigan en el asunto Marey. En cambio, esos pagos tienen sentido si se consideran un encubrimiento de las actividades de los dos ex policías en los únicos atentados por los que habían sido condenados cuando las entregas se efectuaron.

El juez no ha decidido todavía la apertura de nuevos sumarios por los asesinatos de Ramón Oñaederra, Mikel Goikoetxea, Rafael Goikoetxea o la tentativa de atentado contra el bar Mingo de San Juan de Luz, que fueron reivindicados por los GAL.

Por otro lado, el abogado Manuel Murillo, defensor del comisario Aníbal Machín, presentó ayer recurso de queja por el hecho de que Garzón mantenga el secreto del sumario.

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