CASOS ROLDÁN Y GAL

La marginación de Asuntos Exteriores y el miedo a molestar

Aunque se preparan y se conceden a través de los ministerios de Justicia, las extradiciones se tramitan a través de los ministerios de Asuntos Exteriores. Juan Alberto Belloch, el titular español de Justicia, lo sabía, pero el no haberlo hecho le ha ocasionado múltiples problemas.Belloch recibió dos fax, que a la postre resultaron ser falsos. El primero del Ministerio de Interior de Laos anunciando el 20 de febrero la detención de Luis Roldán y los trámites a seguir para otorgar su extradición. El remite que figuraba en esa carta era incompleto y correspondía al departamento de relaciones exte...

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Aunque se preparan y se conceden a través de los ministerios de Justicia, las extradiciones se tramitan a través de los ministerios de Asuntos Exteriores. Juan Alberto Belloch, el titular español de Justicia, lo sabía, pero el no haberlo hecho le ha ocasionado múltiples problemas.Belloch recibió dos fax, que a la postre resultaron ser falsos. El primero del Ministerio de Interior de Laos anunciando el 20 de febrero la detención de Luis Roldán y los trámites a seguir para otorgar su extradición. El remite que figuraba en esa carta era incompleto y correspondía al departamento de relaciones externas de Interior, cuya línea nunca estuvo conectada con un fax.

El segundo fax, del ministro de Justicia de Laos, Kham Ouane Bouplia, otorgaba el 24 de febrero la extradición administrativa del ex jefe de la Guardia Civil, pero restringía a dos los cargos por los que podría ser juzgado en España. Los colaboradores de Belloch pidieron entonces al Ministerio de Asuntos Exteriores español que le facilitara los números de teléfono de los responsables de la diplomacia laosiana porque, al parecer, deseaban comprobar la veracidad y buena marcha de la operación. La Embajada de España en Bangkok les proporcionó varios teléfonos, incluido uno particular del viceministro Subarn Saithaeth, sin saber para qué fin debían servir.A pesar de ello, Belloch y sus dos secretarias de Estado nunca lograron hablar con nadie relevante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Laos. El equipo de Belloch no lo consiguió porque, probablemente, en esos días se celebró una larga e inhabitual reunión de los altos cargos de la diplomacia laosiana, y, para no molestar, no se atrevió a llamar a casa de Subarn.

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