Un mensajero, acusado de robar 73 millones tras conocer su despido

Francisco E. A., de 31 años, fue puesto a disposición judicial el pasado fin de semana, acusado de apropiarse indebidamente de 73.906.590 pesetas procedentes del pago de billetes de tren encargados por teléfono. El dinero aún no ha sido encontrado y no se descartan nuevas detenciones. Francisco E. A., según informó ayer la Jefatura Superior de Policía, trabajaba para una empresa de mensajería -Tiusa- subcontratada por Renfe para la distribución y recaudación a domicilio de los billetes. El detenido se encargaba de coordinar a los mensajeros y de recoger el dinero para su posterior ingreso banc...

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Francisco E. A., de 31 años, fue puesto a disposición judicial el pasado fin de semana, acusado de apropiarse indebidamente de 73.906.590 pesetas procedentes del pago de billetes de tren encargados por teléfono. El dinero aún no ha sido encontrado y no se descartan nuevas detenciones. Francisco E. A., según informó ayer la Jefatura Superior de Policía, trabajaba para una empresa de mensajería -Tiusa- subcontratada por Renfe para la distribución y recaudación a domicilio de los billetes. El detenido se encargaba de coordinar a los mensajeros y de recoger el dinero para su posterior ingreso bancario.Los supuestos robos se registraron entre julio y noviembre. Estas fechas coinciden con la comunicación de su despido -30 de junio- y su materialización

30 de noviembre-. Al ser capturado, Francisco, sin antecedentes, declaró a la policía que se había apropiado del dinero por despecho al despido.

La investigadora -el sector móvil de Chamartín- sostiene que el dinero entregado por los clientes, en vez de ser ingresado en la cuenta de Renfe abierta en el Banco Bilbao-Vizcaya, se quedaba en manos de Francisco, quien había falsificado un sello de la entidad.

La supuesta estafa fue descubierta por Renfe. Al ser detenido, Francisco E. A. llevaba un pasaporte supuestamente falso, con sellos de entrada y salida de Portugal, Ucrania y Líbano. Los agentes sostienen que el acusado, una vez conseguido el dinero, se entrevistó con un amigo libanés que le aconsejó salir al extranjero para blanquearlo.

Después de un mes de viajar por Portugal y Ucrania, arribó, siempre según la versión policial, al Líbano, donde pretendía abrir un negocio, de hostelería. Regresó a España a mediados de enero, Hasta su detención vivió oculto en la vivienda de unos familiares .

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