Números rojos y colorados

Ni cinco minutos llevaría Alfredo Sáenz hablando de beneficios y saneamientos cuando el accionista Adolfo Rodríguez se puso en pie, agarró la gabardina y enfiló para la puerta musitando.: "Esto es una pantomima". De títulos no anda corto Rodríguez -tiene cinco licenciaturas, dos doctorados y fue profesor de literatura en la Universidad de Bagdad- y el soniquete magistral le aflora cuando explica: "Las sociedades anónimas las crearon las monarquías para que estafaran los marqueses y los condes. Y en eso estamos, en los condes".Rodríguez batió el récord de poca permanencia en la junta, pero fue ...

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Ni cinco minutos llevaría Alfredo Sáenz hablando de beneficios y saneamientos cuando el accionista Adolfo Rodríguez se puso en pie, agarró la gabardina y enfiló para la puerta musitando.: "Esto es una pantomima". De títulos no anda corto Rodríguez -tiene cinco licenciaturas, dos doctorados y fue profesor de literatura en la Universidad de Bagdad- y el soniquete magistral le aflora cuando explica: "Las sociedades anónimas las crearon las monarquías para que estafaran los marqueses y los condes. Y en eso estamos, en los condes".Rodríguez batió el récord de poca permanencia en la junta, pero fue seguido de cerca por un goteo continuo de evadidos. "Bueno, hemos estado un ratillo y ya nos vamos", comentaban a su salida dos jubilados. "El banco va mejor, dice este Sáenz, y nosotros, la verdad, no entendemos gran cosa".

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Que el banco va mejor lo dice Sáenz y nadie lo pone en duda, pero los pequeños accionistas andan menos atribulados por la forma de los balances que por el fondo de sus bolsillos. "A Mario Conde no le ha dado el sol durante unos días", señaló en su intervención el accionista Ildefonso Estrada, "pero yo he estado ahorrando toda mi vida y ahora estoy en números rojos y colorados".

Estrada es de los que pidieron un crédito a Banesto para comprar unas acciones del banco que valen ahora mucho menos de lo que pagó por ellas. El hombre se esforzó por hacer ante el micrófono unas cuentas que no le salían y acabó concluyendo: "Las cartillas únicas parecen un crucigrama, y las entenderán quienes lo sepan". Y el que lo sabe, Alfredo Sáenz, le respondió que comprendía su problema, pero que su obligación era cobrarle el crédito.

El agricultor y accionista Fernando Pastor también salió al micrófono, aunque la megafonía no le hacía mucha falta y, de hecho, acabaron desconectándosela. Lo de los buenos resultados no le acababa de convencer a Pastor. "Por amor de Dios", clamó, así gana dinero cualquiera, vendiendo esto y lo otro y todo lo mejor que tiene".

La Asociación de Defensa del Accionista y el Reagrupamiento de Accionistas de Banesto votaron en contra de todos los puntos y criticaron al equipo de Sáez por falta de transparencia respecto a la antigua gestión del banco. El presidente de la primera asociación, Enrique Casany, tildó de "esperpento valleinclaInesco" que el Banco de Santander haya avalado la fianza que sacó a Conde de la cárcel.

No podía faltar el anciano accionista y ex guardia civil Luis Roldán -nombre y condición que provocan cierta chufla junta tras junta-, que intervino para lamentar que Conde, "autor del funesto desaguisado, haya salido del talego, y todavía le brinden algún toro que otro". Roldán cosechó aplausos.

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