El Gobierno portugués sale airoso de la moción de censura planteada por los comunistas
El debate de la moción de censura presentado por el Partido Comunista Portugués (PCC) contra el Gobierno portugués fue un auténtico desastre para la oposición y proporcionó al primer ministro una inesperada victoria moral y política. En medio de la discusión que debía prolongarse hasta hoy, los comunistas resolvieron retirar su moción y quisieron interrumpir el debate cuando el Partido Popular y otras fuerzas menores de la oposición no habían podido intervenir alegando que el Gobierno y la mayoría impedían el normal funcionamiento de la Cámara.El Parlamento en pleno impuso la continuación ...
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El debate de la moción de censura presentado por el Partido Comunista Portugués (PCC) contra el Gobierno portugués fue un auténtico desastre para la oposición y proporcionó al primer ministro una inesperada victoria moral y política. En medio de la discusión que debía prolongarse hasta hoy, los comunistas resolvieron retirar su moción y quisieron interrumpir el debate cuando el Partido Popular y otras fuerzas menores de la oposición no habían podido intervenir alegando que el Gobierno y la mayoría impedían el normal funcionamiento de la Cámara.El Parlamento en pleno impuso la continuación del debate bajo la figura de interpelación al Gobierno, y la casi totalidad de los diputados comunistas abandonaron el hemiciclo. Para Aníbal Cavaco Silva fueron todavía más importantes las disculpas solicitadas por el secretario general del Partido Socialista en nombre de su grupo al ministro de Defensa por haberle acusado injustamente de complicidad o encubrimiento de la reparación de motores de la Fuerza Aérea indonesia en los talleres de la Fuerza Aérea portuguesa.
El líder del Partido Socialista, Antonio Guteres, había decidido previamente no intervenir en el debate de la moción de censura al Gobierno de Cavaco para distanciarse de la iniciativa comunista y afirmarse como único candidato a la jefatura del futuro Gobierno. Para los socialistas, los resultados de la votación ya eran conocidos de antemano, dada la mayoría absoluta de que dispone el partido socialdemócrata, y favorecían la estrategia del Gobierno al tiempo que constituían un regalo envenenado para la oposición.
La moción de censura permitió al Gobierno y a su grupo parlamentario hacer una "demostración de fuerza". Por el otro, ofreció a Cavaco una nueva posibilidad de insistir sobre sus lemas favoritos para descalificar a la oposición: sus divisiones y rivalidades internas, con el riesgo de inestabilidad que conllevaría la derrota de la actual mayoría; o la falta de autonomía de los socialistas respecto a comunistas, que traería a éstos de regreso al poder si triunfa la izquierda en las elecciones.