EL 'CASO BANESTO'

Romaní ya tiene una vida normalizada en la cárcel

Arturo Romaní Biescas, de 52 años, ex vicepresidente de Banesto y de la Corporación Industrial y Financiera, ya ha asumido su situación de recluso preventivo y "hace una vida normalizada dentro de la cárcel", según informaron ayer fuentes de la prisión de Madrid II popularmente conocida como de Alcalá-Meco. "Ya pasea normalmente por el patio y habla con el resto de los reclusos, incluso está haciendo amistades", precisaron estas fuentes. Este penal fue proyectado e inaugurado en agosto de 1982, durante el periodo en que Arturo Romaní era subsecretario de Justicia con UCD.Romaní, que desde ayer...

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Arturo Romaní Biescas, de 52 años, ex vicepresidente de Banesto y de la Corporación Industrial y Financiera, ya ha asumido su situación de recluso preventivo y "hace una vida normalizada dentro de la cárcel", según informaron ayer fuentes de la prisión de Madrid II popularmente conocida como de Alcalá-Meco. "Ya pasea normalmente por el patio y habla con el resto de los reclusos, incluso está haciendo amistades", precisaron estas fuentes. Este penal fue proyectado e inaugurado en agosto de 1982, durante el periodo en que Arturo Romaní era subsecretario de Justicia con UCD.Romaní, que desde ayer tiene como vecino al ex director de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal, permanece desde su encarcelamiento, el pasado jueves por la noche, en el módulo de ingresos de Alcalá Meco, un departamento donde ocupa en solitario una de sus 50 celdas dobles y donde en la actualidad hay 87 internos de los 850 que había ayer en ese penal.

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Las citadas fuentes de la prisión informaron que tiene su cubículo con aseo lleno de libros, y que dedica gran parte de su tiempo entre rejas a la lectura. Igualmente recibe diariamente abundante prensa. "Conoce el ritmo"

El ex vicepresidente de Banesto, acusado de estafa y apropiación indebida, se levanta cada mañana a las 7.30 horas, para someterse media hora después, tras la ducha y el aseo, al tradicional recuento de reclusos después del relevo de funcionarios. Cada mañana, después de su desayuno a las 8.30, tiene tiempo para dedicarse a la lectura, pasear por el patio, convivir con el resto de los internos -"presos comunes, como todos"- e incluso escribir poesías. "Ya conoce perfectamente el ritmo de la prisión, los horarios y lo que se puede hacer", precisaron las mismas fuentes.

En cualquier caso, Romaní sigue cumpliendo el denominado "periodo", tiempo de adaptación a la vida carcelaria que debe cumplir cada nuevo interno que jamás ha estado entre rejas.

El director de la prisión, Jesús Calvo, declaró ayer en Radio Nacional, que Romaní será clasificado en breve "para ser enviado al departamento que le corresponda".

Después del almuerzo -ayer judías con arroz, lomo con patatas o, alternativamente, filete a la plancha-, tiene que someterse de nuevo al recuento diario de las tres de la tarde. Posteriormente tiene tiempo para echarse una siesta. Anoche ceno un puré de verduras y tortilla de patatas.

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