Indultado un recluso de Carabanchel ex toxicómano que padece sida terminal

Rafael Arispe podrá pasar la Navidad en su casa. El Consejo de Ministros del pasado viernes concedió el indulto a este interno de la cárcel madrileña de Carabanchel que padece sida en fase terminal. Rafael, de 31 años y extoxicómano, ingresó en prisión el pasado verano por un delito de hace ocho años, cuando su adicción a las drogas le llevó a cometer varios robos para poder comprar su dosis diaria. Al cierre de esta edición, la medida de gracia no había sido comunicada oficialmente a la dirección de la cárcel, pero su familia ya sabía que el próximo día 19 Rafael estará en la calle."Hasta que...

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Rafael Arispe podrá pasar la Navidad en su casa. El Consejo de Ministros del pasado viernes concedió el indulto a este interno de la cárcel madrileña de Carabanchel que padece sida en fase terminal. Rafael, de 31 años y extoxicómano, ingresó en prisión el pasado verano por un delito de hace ocho años, cuando su adicción a las drogas le llevó a cometer varios robos para poder comprar su dosis diaria. Al cierre de esta edición, la medida de gracia no había sido comunicada oficialmente a la dirección de la cárcel, pero su familia ya sabía que el próximo día 19 Rafael estará en la calle."Hasta que no lo vea no me lo creo", dijo ayer Arispe al conocer la noticia del indulto por boca de sus familiares, que fueron a visitarle a la prisión.

Felipe Arispe, el padre de Rafael, reventaba de alegría. "Mi esposa está "contentísima y vamos a celebrar la Nochebuena todos juntos, porque tengo cuatro hijos maravillosos y toda la familia está muy unida".

Rafael se enganchó en la mil¡, cuando apenas tenía 19 años, y muy pronto empezó a robar para comprarse droga. Sus iniciales saltaron por primera vez a la prensa tras ser detenido en 1988 por desvalijar la casa del diputado socialista Alejandro Cercas. El parlamentario perdonó a Rafael, y manifestó su alegría cuando, en junio de 1992, el juez de Madrid Eduardo López Palop le conmutó una pena de dos años porque ya por entonces el reo había dejado las drogas y había rehecho su vida.

Pero Rafael tenía otra cuenta pendiente con la justicia de un robo cometido dos años antes, y le cayeron cinco anos en una sentencia que le fue comunicada ocho años después del delito.

Su padre recordaba ayer el "palo" sufrido por la familia cuando llegó la orden de su entrada en prisión. "Después del milagro, porque es un milagro que consigan dejar la droga, el hecho de que entrara en la cárcel es terrible porque la cárcel es muy dura y podían venir las depresiones y nunca se sabe las vueltas que puede dar la mente", decía.

"Pero mi hijo es muy valiente", repetía Felipe Arispe con orgullo, "y ha estado muy entero durante estos meses de prisión y ha tenido un buen comportamiento, trabajando en la unidad de destinos".Recogida de firmas

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La huelga de hambre y la recogida de firmas de solidaridad que los alumnos del colegio mayor Loyola emprendieron durante la primavera para evitar que Rafa, como así le llaman su amigos, entrara en la cárcel, se ha visto hoy recompensada.

A esta campaña, iniciada por los, estudiantes de este colegio y uno de sus directivos, Julián Ríos, quien se encargó de su defensa, le siguieron otras muchas, y una, vez que Rafa ingresó en prisión comenzaron las peticiones de indulto por parte de familiares, amigos, juristas y autoridades. El viernes, por fin, logró obtener la libertad.

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