FIN DE LA GIRA REAL

Los vecinos del Pozo del Tío Raimundo fueron los más exigentes

Desde que el gitano Vicente García, de profesión florista y presidente de la Asociación de Vecinos de Entrevías, le dijo ayer a los Reyes a la boca del metro de Miguel Hernández: "Que nos ayude a los que estén necesitados de vivienda", desde esa primera petición, don Juan Carlos y doña Sofía oyeron muchas más en su viaje por siete enclaves del sur de Madrid. Los más claros y exigentes fueron los peleones vecinos del Pozo del Tío Raimundo.

Eran las 10.30 y los vecinos de Vallecas movían banderitas de la Comunidad repartidas poco antes de que llegasen los Reyes para iniciar su segunda jor...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde que el gitano Vicente García, de profesión florista y presidente de la Asociación de Vecinos de Entrevías, le dijo ayer a los Reyes a la boca del metro de Miguel Hernández: "Que nos ayude a los que estén necesitados de vivienda", desde esa primera petición, don Juan Carlos y doña Sofía oyeron muchas más en su viaje por siete enclaves del sur de Madrid. Los más claros y exigentes fueron los peleones vecinos del Pozo del Tío Raimundo.

Eran las 10.30 y los vecinos de Vallecas movían banderitas de la Comunidad repartidas poco antes de que llegasen los Reyes para iniciar su segunda jornada de visita a la Comunidad y saludasen a todos los concejales de la ciudad.En Madrid Sur, minutos más tarde, un grupo de pancartas recibía a don Juan Carlos y doña Sofía: "La Empresa Municipal de la Vivienda nos quiere atropellar". Allí estaba Ana María, un ama de casa de 45 años, coqueta y bien pintada, que mantiene a sus seis hijos fregando y que le dijo al Rey con desparpajo que estaba mejor en persona. "En el peri 14-4 de Vallecas nos realojan en sitios muy escondidos", decía otra mujer, mientras asentía Ana María.

Los Reyes subieron hasta el piso 14 de la torre de San José y vieron todo Madrid. Dentro de nada, 254 familias jóvenes podrán vivir allí pagando entre 15.000 y 25.000 pesetas. Los Reyes bajaron preguntando a los adjudicatarios de este proyecto de la Comunidad. Arriba se les arrancó el compromiso de volver a inaugurar el edificio de la Asamblea de Madrid.

El siguiente destino fue el mítico Pozo del Tío Raimundo. Los Reyes vieron el barro de antaño fotografiado en el Centro Cívico y caminaron entre las casas de hogaño y pancartas como ésta: "Queremos un polideportivo, mejores autobuses, un centro comercial". Hasta unos críos de guardería llevaban pancarta pidiendo jardines y limpieza para el barrio.

Agustín Zamora, de la Asociación de Vecinos del Pozo fue muy claro, al recordarle al alcalde José María Álvarez del Manzano, los compromisos contraídos (e incumplidos, según el líder vecinal) al comienzo de su mandato: "Los autobuses que recorren nuestras líneas son los más viejos. Sólo ponen nuevos en verano, cuando sobran en otros sitios; la señalización vial es chapucera; la recogida de basuras, mala, por la escasez de personal, hay vertidos donde se tenían que construir unas pistas deportivas y nuestros pensionistas no pueden afrontar las contribuciones municipales".La Celsa, sin traficantes

No sólo el alcalde recibió el varapalo vecinal, también la Comunidad por hacer "reformas insuficientes". Zamora concluyó pidiendo cárcel para los traficantes y les hizo una última observación a los Reyes: "Van sus Majestades a visitar la Celsa, hoy no verán a ningún traficante ni a nadie que vaya a buscarlo". Fue entonces cuando el concejal de Izquierda Unida, Félix López Rey, excluido en principio del autobús real, se subió al vehículo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Después de la Celsa, fue San Fermín -una novedad en el programa- el barrio cuyos vecinos reventaron los cordones de seguridad para acercarse a los Reyes. Por todas partes se querían estrechar manos. Víctor Renes, de la Asociación de Vecinos de San Fermín, puso al corriente a los Reyes del abandono del parque lineal del río Manzanares, con incumplimientos del Ayuntamiento y de la Comunidad. Al fondo se alzaba una montaña de bordes demasiado rectos, lo que antes era el vertedero de la China y hoy es la montaña de basura..

Pero donde más se palpó la emoción fue en el centro cívico de la meseta de Orcasitas, cuando Félix López Rey, quien quiso traer al jefe del Estado desde hace siete años, presentó los problemas del sur a través de más líderes vecinales: medio ambiente, empleo, vivienda y, en un mensaje conmovedor de una niña llamada Dina, alumna de octavo de BUP, la educación. A la entrada ya se veían pancartas: "Maquillar no es educación, es engañar" y frases así, un aperitivo de los que los Reyes y los responsables políticos oirían.

La mañana terminó con el oso antimoroso en la Puerta del Sol, 101 diputados y 179 alcaldes que dieron la mano al Rey. El presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, habló de la exclusión social "el mayor azote de las sociedades urbanas y Madrid es básicamente urbana". El Rey contestó que la solidaridad de los españoles es también la solidaridad con Madrid, "especialmente", dijo, "con el Madrid que hemos visto".

Archivado En