Tribuna:

El toque Max-Factor

Los bancos hacen mucho más qué almacenar dinero: lo crean. A diferencia del banco central, las entidades privadas crean dinero mediante la concesión de créditos y obtienen sus beneficios a través de ellos. La búsqueda de mayores beneficios lleva a los bancos a sobreexpandirse: hacen muchos préstamos y mantienen pocos recursos propios (capital y reservas). La ceguera en la carrera de beneficios puede minar, pues, la estabilidad bancaria. Si los depositantes tienen la sensación que la, entidad mantiene reservas escasas, o se está pasando de la raya dando préstamos especulativos, pueden retirar s...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los bancos hacen mucho más qué almacenar dinero: lo crean. A diferencia del banco central, las entidades privadas crean dinero mediante la concesión de créditos y obtienen sus beneficios a través de ellos. La búsqueda de mayores beneficios lleva a los bancos a sobreexpandirse: hacen muchos préstamos y mantienen pocos recursos propios (capital y reservas). La ceguera en la carrera de beneficios puede minar, pues, la estabilidad bancaria. Si los depositantes tienen la sensación que la, entidad mantiene reservas escasas, o se está pasando de la raya dando préstamos especulativos, pueden retirar su dinero. Si la entidad ya no tiene liquidez resulta ser insolvente y los depositantes que aún no han recuperado su dinero, lo pierden.Pues bien, las pérdidas de Banesto a 31 de diciembre de 1993 atravesaron la frontera de los recursos propios (359.000 millones) y crearon un déficit patrimonial de otros 246.000 millones. Como la verdadera situación no era conocida por los depositantes, no hubo lo que los norteamericanos llaman un" run on the bank" , es decir, "coge el dinero y corre", que hubiera afectado a la liquidez de Banesto primero y, más tarde, la del sistema financiero. Los excesos de un banco suelen minar la confianza del público en los otros bancos, lo que se llama pánico bancario.

Que esto no ocurriera ha sido, según el ex presidente de Banesto, Mario Conde, la prueba de que los problemas de Banesto no eran graves. La verdad es que la crisis no llegó a los depósitos sencillamente porque el Banco de España intervino Banesto el 28 de diciembre de 1993. Y aunque hubo una sangría inicial de depósitos, Banesto ha recuperado en los diez meses posteriores una gran parte de los fondos que se habían marchado.

El anteproyecto de la comisión parlamentaria de seguimiento de la crisis de Banesto, que seguramente no conocerá modificaciones sustanciales al convertirse en dictamen, reúne las dos vertientes que confluyeron en la intervención: la mala administración del banco y la existencia de operaciones irregulares. La primera vertiente mereció la destitución de Conde y sus colaboradores; la segunda es ahora objeto de una querella criminal por presuntos delitos de falsedad, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida.

Los diputados han hecho un trabajo completo vinculando mala administración y prácticas irregulares, sobre las que muestran un cuidado exquisito, toda vez que éstas ya son materia de un procedimiento jurídico. En lo que se refiere a la mala administración, describen la expansión del crédito y la concentración de éste en el propio grupo Banesto así como la erosión firme y progresiva de la cuenta dé resultados de la entidad. Conde y sus colaboradores maquillaron esta erosión de manera permanente.

Precisaniente, la operación Max-Factor de disfraz ¿e la verdadera situación fue un elemento decisivo en los ritmos de la intervención. El anteproyecto recuerda la correspondencia entre el Banco de España y Mario Conde y su equipo. En varias ocasiones se pidió a Banesto la instrumentalización de una aplicación informática para el conocimiento de la morosidad en, el banco. El último de esos escritos fue de 23 de noviembre de 1992. Pues bien, poco después de la intervención, Alfredo Sáenz y sus colaboradores informaron al Banco de España de un hallazgo: Banesto disponía desde enero de 1992 de un sistema de seguimiento informático para la contabilización de los morosos sólo que en lugar de integrarlo en los elementos de clasificación y dotación automática previstos en la circular 4 / 1991, se manipuló a conveniencia para alterar la cuenta de resultados y los balances.

En lo que se refiere a las operaciones irregulares, el anteproyecto enumera con mayor detalle incluso que el conocido hasta ahora algunos capítulos de la ingeniería financiera de Conde y sus amigos. El hecho importante es que en algunas operaciones como Oasis, las presunciones del Banco de España se revelaron incluso cortas. El banco emisor había requerido a Conde en los meses de octubre y noviembre para provisionar con 25.000 millones un total de riesgos (crediticios y de cartera) de 80.000 millones de pesetas. Ahora, según el acuerdo de separación OasisBanesto, las operaciones diseñadas por Conde provocaron un. quebranto de 50.000 millones de pesetas. Es la cifra que en los buenos viejos tiempos solía ganar el banco. durante todo un año.

Archivado En