CONMOCIÓN EN EL SECTOR DEL TAXI

Aislados en el aeropuerto

Los viajeros que llegaron ayer al aeropuerto de Barajas se quedaron aislados con sus maletas y sin poder tomar un taxi. Unos 150 taxistas custodiaron, en solidaridad con los dos companeros asesinados, las salidas de nacional e internacional para que ningún espontáneo o "tironero" (coche particular) cogiera a ningún pasajero e hiciera negocio ayer en el aeropuerto. "Hemos venido aquí para que nadie cargue y para protestar por estas muertes", aseguró Juan Miguel Salmerón, uno de los taxistas."No, no cogemos a nadie. Vayan a, la parada del autobús. Han matado a dos compañeros y hoy no trabajamos"...

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Los viajeros que llegaron ayer al aeropuerto de Barajas se quedaron aislados con sus maletas y sin poder tomar un taxi. Unos 150 taxistas custodiaron, en solidaridad con los dos companeros asesinados, las salidas de nacional e internacional para que ningún espontáneo o "tironero" (coche particular) cogiera a ningún pasajero e hiciera negocio ayer en el aeropuerto. "Hemos venido aquí para que nadie cargue y para protestar por estas muertes", aseguró Juan Miguel Salmerón, uno de los taxistas."No, no cogemos a nadie. Vayan a, la parada del autobús. Han matado a dos compañeros y hoy no trabajamos", explicaban los taxistas. Los pasajeros, sin entender nada, se dirigían a la parada del autobús que une el aeropuerto con la plaza de Colón. Los autobuses iban abarrotados de gente y de maletas. La mayoría de los pasajeros no ocultaba su enfado: "Me cabrea un montón. Habrá otras formas de manifestarse. No se va a solucionar nada; también asesinan a albañiles y no se pone en huelga la construcción", aseguró José Luis Muñoz, procedente de La Habana, mientras esperaba en la cola del autobús. "¿Pero cómo llego yo a La Moraleja?", se reguntaba Mario Trinidad, nada más llegar de Ginebra. A la brasileña Evelin Ribeiro, de vacaciones por primera vez en España, no se le olvidarán las dos horas que pasó de pie esperando al autobús. "No sé cómo llegar al hotel. Empezamos bien el viaje. No entiendo por qué tienen que hacer huelga", aseguraba indignada. "Esto es catastrófico para el turismo", decía Faustino Castilla, que, llegaba de La Habana. "Menuda imagen estamos dando".

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