Berga dice al juez que sus socios también causaron la quiebra de Brokerval.

El cerebro de la quebrada agencia de valores, Francisco Berga Picó, abandonó ayer la cárcel para declarar ante el juez de Palma de Mallorca que instruye un sumario por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida falsedad documental y fraude fiscal Berga, de 42 años y que ha permanecido cuatro meses prófugo en Panamá, negó ser el único responsable de la gestión y dirección de la sociedad financiera y citó la existencia de un comité ejecutivo, integrado por los consejeros Francisco Tous -también preso-, Fernando Mulet, y Jaime Lerín, con los que se corresponsabilizó de todas las decisione...

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El cerebro de la quebrada agencia de valores, Francisco Berga Picó, abandonó ayer la cárcel para declarar ante el juez de Palma de Mallorca que instruye un sumario por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida falsedad documental y fraude fiscal Berga, de 42 años y que ha permanecido cuatro meses prófugo en Panamá, negó ser el único responsable de la gestión y dirección de la sociedad financiera y citó la existencia de un comité ejecutivo, integrado por los consejeros Francisco Tous -también preso-, Fernando Mulet, y Jaime Lerín, con los que se corresponsabilizó de todas las decisiones. Berga admitió que falsificó algunos resguardos de inversiones y que compró y vendió activos financieros por su cuenta sin consultar con los clientes.La clave argumental de la defensa personal de Berga está en negar todas las acusaciones delictivas y en afirmar que desconocía si el dinero de los inverso res con el que operaba era fiscal mente transparente. Asimismo, rechazó conocer la actividad de la trama -de sociedades pantalla radicadas en Baleares, Cataluña, Madrid, Valenc¡a y Canarias, a la que al fiscal y la policía atribuyen un fraude de 90.000 millones a Hacienda. La actividad de Francisco Berga se inició en 1987 como delegado ¿n Baleares y socio de la firma Inverbroker, con cuya de nominación siguió operando una vez transferida la propiedad total a La Caixa, pese a la existencia por parte de la entidad de ahorro de una cláusula penalizadora de 50 millones de pesetas. A través de Brokerval e Inverbroker, mediante una caja única y con operaciones diversas, Berga y sus socios establecieron un eje de apoyo para inversiones inmobiliarias fracasadas y una línea de financiación -mediante la circulación de pagarés- de empresas particulares y familiares de los socios.

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