Chirac hace oficial su candidatura a la presidencia de Francia

El alcalde de París, Jacques Chirac, anunció ayer su candidatura a la presidencia de la República Francesa. Con ello hizo inevitable el desgarramiento del partido gaullista, la Reagrupación para la República (RPR), y reprodujo la división que llevó a los conservadores a la derrota electoral en 1981 y en 1988. Los partidarios del primer ministro, Édouard Balladur -el otro candidato gaullista, que no hará oficial su candidatura hasta enero-, reaccionaron con gran hostilidad ante el anuncio de Chirac y le acusaron de reproducir el "escenario más favorable para la izquierda". Pero el alcalde de Pa...

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El alcalde de París, Jacques Chirac, anunció ayer su candidatura a la presidencia de la República Francesa. Con ello hizo inevitable el desgarramiento del partido gaullista, la Reagrupación para la República (RPR), y reprodujo la división que llevó a los conservadores a la derrota electoral en 1981 y en 1988. Los partidarios del primer ministro, Édouard Balladur -el otro candidato gaullista, que no hará oficial su candidatura hasta enero-, reaccionaron con gran hostilidad ante el anuncio de Chirac y le acusaron de reproducir el "escenario más favorable para la izquierda". Pero el alcalde de París y presidente del RPR no tenía otra opción: cada vez más bajó en los sondeos, necesitaba un golpe de efecto.Jacques Chirac se proclamó candidato desde las páginas de un diario de provincias, La Croix du Nord. Lo hizo para "clarificar la situación y estimular el debate", según sus propias palabras, En realidad, estaba acorralado por unos sondeos que le colocaban en situación de tercero a distancia frente al "dúo de los mudos": el primer ministro, Balladur (gaullista), y el presidente de la Comisión Europea, Jacques, Delors (socialista). Ni uno ni otro hablan sobre las elecciones presidenciales, cuyas dos vueltas están previstas para fines de abril y primeros de mayo, escudándose en que se deben, de momento, a sus respectivos cargos.

Tanto Balladur como Delors son tecnócratas, malos mitineros, y prefieren una campaña electoral breve y disputada ante las cámaras de televisión. Chirac, el rey del mitin y de la visita al mercado, ha trazado para sí mismo un terreno de juego completamente distinto: cinco meses de campaña en la calle. Cuando sus dos rivales bajen a la arena, por enero, Chirac habrá hecho cientos de viajes por provincias y recuperado, según sus fieles, una buena cota de popularidad. O bien estará ya completamente quemado, según le auguran en el bando balladurista.

Hechos consumados

La anticipación de Chirac tiene aún otra causa. El ministro del Interior, Charles Pasqua, que fue de los suyos y está ahora con Balladur, estaba consiguiendo serios apoyos dentro de la coalición conservadora para su idea de unas "elecciones primarias" dentro de la derecha. Balladur es la niña bonita de la coalición giscardiana Unión para la Democracia Francesa (UDF) y cuenta con el respaldo de un tercio de los diputados gaullistas: ganaría de calle unas primarias entre los parlamentarios de la derecha.El líder gaullista prefiere que su candidatura sea avalada por la dirección del partido, que controla a su antojo. Ante los hechos consumados, el partido sólo puede bendecir la decisión del alcalde de París. Y en enero, cuando Balladur anuncie su candidatura, los chiraquianos podrán afirmar que es él quien, en el último momento, se interpone en el camino de Chirac y divide tanto al gaullismo como a la derecha en general.

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