Cuatro y no diecisiete

Después del debate de las autonomías en el Senado, donde certa prensa calificó como "gilipollez" la traducción simultánea del gallego, el catalán y el euskera al castellano (a lo mejor estos señores también piensan que los flamencos y los quebequeses son gilipollas), sería bueno reflexionar, al respecto.De entrada, se puede afirmar que esto de las 17 autonomías es algo completamente artificial, es algo impuesto desde arriba en un momento de debilidad democrática (años 1976-1978) con la finalidad de rebajar las competencias de las verdaderas naciones históricas y naturales que actualment...

Después del debate de las autonomías en el Senado, donde certa prensa calificó como "gilipollez" la traducción simultánea del gallego, el catalán y el euskera al castellano (a lo mejor estos señores también piensan que los flamencos y los quebequeses son gilipollas), sería bueno reflexionar, al respecto.De entrada, se puede afirmar que esto de las 17 autonomías es algo completamente artificial, es algo impuesto desde arriba en un momento de debilidad democrática (años 1976-1978) con la finalidad de rebajar las competencias de las verdaderas naciones históricas y naturales que actualmente malviven en la península Ibérica. Así, la cuestión autonómica en el Estado español podría reducirse de 17 a 4. Ahora bien, esto tendría que significar la vertebración, con la necesaria reforma de los títulos preliminar (artículos 2 y 8) y octavo de la Constitución, con la finalidad de llegar a un Estado confederal-plurinacional formado por la nación catalana, Euskal Herria, la nación gallega y la nación castellano-españla. Este nuevo Estado, respetuoso con el derecho a la autodeterminación de los pueblos, sería la fórmula más económica, racional y democrática para hacer posible la paz y la conviven-

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cia- Josep M. Loste i Romero.