Entrevista:

"Occidente no puede imponernos su ideología"

Zhu Rongji cumple 66 años el próximo día 20, y es el símbolo de la nueva generación de dirigentes chinos. Son los jóvenes, los que no han hecho la Larga Marcha y están convencidos de que sólo la reforma de la economía y la apertura del país al exterior pueden situar a China en el lugar que le corresponde en la esfera mundial, es decir, entre los primeros, aunque se niegan a que sea de una forma impuesta por Occidente. Zhu ha venido a España con motivo de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y ha aprovechado la coyuntura para cumplir con la invitaci...

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Zhu Rongji cumple 66 años el próximo día 20, y es el símbolo de la nueva generación de dirigentes chinos. Son los jóvenes, los que no han hecho la Larga Marcha y están convencidos de que sólo la reforma de la economía y la apertura del país al exterior pueden situar a China en el lugar que le corresponde en la esfera mundial, es decir, entre los primeros, aunque se niegan a que sea de una forma impuesta por Occidente. Zhu ha venido a España con motivo de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y ha aprovechado la coyuntura para cumplir con la invitación que le hizo el año pasado el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra. Viaja acompañado de una amplia delegación de empresarios chinos y tiene previsto entrevistarse hoy con el Rey y el presidente del Gobierno, Felipe González, además de reunirse con la CEOE, para facilitar la firma de diversos contratos.Pregunta. ¿Qué consecuencias negativas de las reformas impulsadas por su Gobierno le preocupan más?

Respuesta. La política de reformas y apertura al exterior ha cumplido 15 años. Su influencia es positiva y sus éxitos enormes. Si hay consecuencias negativas, no se deben a la reforma, aunque, efectivamente, han aparecido fenómenos negativos como la inflación, que es inevitable si se tiene en cuenta que es un país en vías de desarrollo que lucha por aumentar la producción. Otros problemas son las desigualdades que se están creando en el desarrollo y enriquecimiento tanto a nivel personal como regional, y las contradicciones y conflictos que se producen en el paso de una economía planificada a una de mercado.

P. ¿Qué medidas están tomando para paliar esto?

R. Las soluciones son graduales. Estamos adoptando una nueva política tributaria y fiscal para evitar el aumento de las diferencias, y somos más selectivos en la adopción de la cultura occidental, excluyendo lo que nos perjudica.

P. El paro aumenta en China a consecuencia de la emigración del campo a la ciudad. ¿Qué van a hacer para evitar este flujo?

R. En China no hay paro, y no lo hay porque el 20% que supuestamente lo estaría se encuentra empleado en las empresas estatales. Pero queremos colocar a ese excedente de mano de obra en el sector servicios y crear una seguridad social que nos permita suspender de empleo al personal excedente Para frenar el flujo del campesinado a la ciudad estamos crean do una industria rural, y hemos liberalizado los precios agrícolas para mejorar el nivel de vida de los campesinos, aunque esto ha tenido como consecuencia un aumento de la inflación.

P. ¿Cree que esa migración y el aumento de la pobreza en el interior del país puede ser un factor desestabilizador en el futuro dé China?

R. Éstos son los dos grandes problemas que pueden desestabilizar China; por ello, estamos adoptando una serie de medidas para evitar que se conviertan en un factor de inestabilidad.

P. ¿Hasta dónde quiere llegar con su liberación económica?

R. Somos una economía de mercado socialista en la que los recursos los asigna el mercado. En esto no nos diferenciamos de la economía capitalista, y para las reformas en los sectores tributario, fiscal y de inversión exterior hemos tomado como referencia a los países capitalistas, pero nuestra característica es que seguimos dando prioridad a la propiedad estatal, que abarca las cooperativas y las empresas capitalizadas con acciones públicas y privadas. Por ejemplo, el 40% de nuestra industria es estatal; el 30%, de cooperativas y acciones, y el 30% restante, totalmente privada. La actual tendencia de nuestra economía es hacia la privatización, pero eso no quiere decir que vayamos a renunciar a la propiedad estatal.

P. ¿En que medida la política de derechos humanos china dificulta sus relaciones con Occidente?

R. China y Occidente mantienen divergencias en cuanto a los derechos humanos. El principio es único, pero los países tienen diferencias históricas, culturales, sociales y de nivel de vida que hacen que haya conceptos diferentes. China ha pasado de ser un país feudal a una república democrática donde la ley se respeta, y naturalmente que hay diferencias en cuanto a los derechos humanos, pero Occidente no puede imponernos su ideología. Además, esto no tiene por qué afectar a las relaciones económicas y comerciales.

P. ¿La renovación de la cláusula de nación más favorecida ha puesto fin al enfrentamiento que China mantenía con Estados Unidos?

R. Estados Unidos ha actuado de forma sensata. Nos complace la decisión del presidente Bill Clinton de desligar la política de derechos humanos de las cuestiones económicas.

P. ¿Qué perspectivas ofrecen las relaciones bilaterales entre China y España?

R. Entre nuestros dos países existe una muy buena cooperación tanto Política como económicamente. Las economías de China y España son complementarias y tienen un enorme porvenir.

P. ¿Es peligroso el sobrecalentamiento de la economía china?

R. No. Creo que el crecimiento más apropiado para China está entre el 8% y el 9% anual. En los dos años anteriores aumentó un 13%, pero desde el último semestre de 1993 se han tomado diversas medidas macroeconómicas que han frenado el sobrecalentamiento sin enfriar la economía. Esperamos que este aterrizaje blando tenga como consecuencia un crecimiento sostenido no superior al 10% para este año y los venideros.

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