Regreso al escenario de la infelicidad

Mavis Bacca relata sus años de cárcel en la Barcelona de posguerra, acusada de espía

Mavis Bacca miró por la ventanilla del tren cómo disminuía la silueta del policía español que había controlado sus movimientos. El tren acababa de pasar la frontera con Portugal. Era 1943. "Nunca volveré a España", se dijo para sí. "Aquí he sido demasiado infeliz". Ahora ' 51 años después de aquel adiós, con 86 años, la violinista británica Mavis Bacca Donden ha regresado al escenario de sus infortunios para presentar un libro que cuenta su odisea. Ha vuelto al convento barcelonés que la acogió en 1939 por recomendación de unas monjas italianas en cuya congregación había dado clases. .Entonces...

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Mavis Bacca miró por la ventanilla del tren cómo disminuía la silueta del policía español que había controlado sus movimientos. El tren acababa de pasar la frontera con Portugal. Era 1943. "Nunca volveré a España", se dijo para sí. "Aquí he sido demasiado infeliz". Ahora ' 51 años después de aquel adiós, con 86 años, la violinista británica Mavis Bacca Donden ha regresado al escenario de sus infortunios para presentar un libro que cuenta su odisea. Ha vuelto al convento barcelonés que la acogió en 1939 por recomendación de unas monjas italianas en cuya congregación había dado clases. .Entonces aún creía que la guerra civil había sido una lucha entre cristianos y comunistas. Ha paseado frente a la Jefatura Superior de Policía en la que sufrió muchos días de duros interrogatorios. Allí, tras su detención en 1941, intentaron arrancarle los nombres de quienes ayudaban a los soldados aliados a huir de la Francia de Vichy camino de Portugal. También ha recordado los casi dos años de prisión en el solar que ahora ocupa El Corte Inglés de la Diagonal barcelonesa. Allí estuvo presa antes y después de ser juzgada y condenada por espionaje. Su libro no llega a desvelar si fue espía, aunque sí cuenta su labor de enlace para ayudar a escapar de la Francia ocupada a los prisioneros aliados.Bacca es una mujer de mirada dulce y enérgica que, como violinista, ha trabajado con importantes orquestas británicas. El libro que escribió, cuya edición catalana se presentó ayer en Barcelona, no transpira odio ni resentimiento. Escribe, por ejemplo, sobre las religiosas del Sagrado Corazón que la acogieron en los primeros tiempos. La directora de la escuela, que nada sabía de la existencia de Mavis Bacca hastahace dos días, le preguntó si hablaba bien de las monjas. "Hablo bien, pero honestamente", contestó. Pero tampoco oculta que, cuando en las noches de 1940 oía las descargas que anunciaban los fusilamientos de rojos, una de las monjas le dijo: "No son cristianos. Son hombres malos, rojos. Se lo inerecen". Algo que también hacía una rica familia catalana con la que vivió al año siguiente. Su lema era: "Si tiene hambre es un rojo".

Mavis Bacca, inglesa con padre de origen alemán y madre de familia checoslovaca, se convirtió al catolicismo en Italia, país por el que sentía una auténtica fascinación. La religión y su esperanza de encontrar un carácter latino similar al italiano la animaron a trasladarse a España cuando la guerra mundial le impidió permanecer en un país que se había aliado con Alemania contra el suyo. Llegó convencida de que los franquistas eran buenos y ,cristianos. Tardó menos de un ano en advertir su error.

Bacca empezó el relato de sus aventuras en España en 1943, poco después de ser liberada por intervención de la Embajada de su país. Quien la impulso a escribir fue el médico catalán Josep Trueta, que, como ella, vivía en Oxford. Pero el manuscrito durmió en un cajón durante más de cincuenta años. Finalmente, ella misma se financió la edición del libro, que se publicó en 1991 con el título de Spy-jacked! Ahora se presenta la versión catalana: Acusada d'espia (Pórtic).Está sorprendida por la repercusión que ha tenido el libro en la prensa. Un periodista radiofónico de la BBC, Nigel Achelson, sigue todos sus pasos en Barcelona para preparar un reportaje de 40 minutos sobre Bacca que se emitirá en 1995.

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