El aplastante triunfo del socialdemócrata Cardoso evitará otra vuelta en Brasil

ENVIADO ESPECIAL Fernando Henrique Cardoso, 63 años, sociólogo y socialdemócrata, ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda en el Gobiemo de Itamar Franco, es el virtual presidente de Brasil a pesar de que su principal adversario en las elecciones generales del lunes, Luiz Inacio Lula da Silva, candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), no haya admitido aún la derrota. Aunque los resultados oficiales definitivos de la consulta se conocerán la próxima semana, los primeros avances del Tribunal Electoral, escrutados 4.092.427 votos, son de 1.842.7101 para Cardoso contra 81...

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ENVIADO ESPECIAL Fernando Henrique Cardoso, 63 años, sociólogo y socialdemócrata, ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda en el Gobiemo de Itamar Franco, es el virtual presidente de Brasil a pesar de que su principal adversario en las elecciones generales del lunes, Luiz Inacio Lula da Silva, candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), no haya admitido aún la derrota. Aunque los resultados oficiales definitivos de la consulta se conocerán la próxima semana, los primeros avances del Tribunal Electoral, escrutados 4.092.427 votos, son de 1.842.7101 para Cardoso contra 813.169 para Lula, que ya perdió los comicios de 1989 frente a Fernando Collor de Mello. Todos los institutos de opinión coinciden en que no habrá segunda vuelta porque la mayoría lograda por Cardoso será suficiente.

Lula, de 48 años, ha movilizado a la militancia para fiscalizar el escrutinio, comenzado ayer. El candidato del PT, que en las vísperas denunció irregularidades, reconoció indirectamente la derrota y la validez de la gigantesca consulta al apuntar que el ganador tendrá "menos autoridad moral que alguien elegido en un proceso totalmente limpio". En privado, animó a su hombre para la vicepresidencia, Aloizio Mercadante. "Hicimos lo que pudimos", le dijo.

Prácticamente toda la prensa brasileña destacaba el triunfo de Fernando Henrique Cardoso, coligado con los conservadores del Frente Liberal (PFL) y Partido Trabajador Brasileño (PTB), sobre Lula da Silva y los otros seis aspirantes a la jefatura del Estado. El ultraderechista Eneas Carneiro, que votó escondido para evitar hablar con la prensa -"que publica cualquier cosa sobre mi persona"-, logró la tercera posición con aproximadamente 224.000 votos.

Maniobra electoral

La estabilidad económica conseguida por el Plan Real, que creó una nueva moneda y rebajó hasta menos de un 2% una inflación que había llegado al 50% mensual, catapultó a Cardoso, principal promotor del ajuste. Lula lo denunció como una maniobra electoral que invirtió la tendencia del voto y decidió las elecciones. Se olvidó del generalizado alivio conseguido por el programa. "Muchos brasileños pobres, gente que pensaba apoyar a Lula, votó más con el estómago que con la cabeza", opina un analista local.Si el recuento de los sufragios desmintiese las actuales proyecciones la sorpresa sería mayúscula. Los propios muestreos del PT en 10 de los 27 estados de la República reconocen la victoria de Cardoso. El editorial de Folha de Súo Paulo comienza así: "Fernando Henrique Cardoso es el próximo presidente de Brasil. Pero a diferencia de las elecciones pasadas no es una incógnita sobre la que se proyectan fantasías de salvación. Fue elegido menos por lo que promete hacer que por lo que ya se mostró capaz de realizar: el Plan Real".

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