CUMBRE FINANCIERA EN MADRID

Los banqueros asistentes a la asamblea del FMl saltan al ruedo

Más de quinientas personas asistentes a la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial saltaron anoche al ruedo de la plaza de las Ventas. Con un clavel rojo o blanco en la solapa, banqueros, ejecutivos de las altas finanzas, responsables de las políticas económicas mundiales y acompañantes se adentraban en el coso al son del organillo y La Verbena de la Paloma.Las gradas, iluminadas en rojo, el color emblema de los bancos organizadores, Credit Suisse y CS First Boston. Según explicaba el presidente de este último centro, John M.Hennessy, el marco elegido para...

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Más de quinientas personas asistentes a la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial saltaron anoche al ruedo de la plaza de las Ventas. Con un clavel rojo o blanco en la solapa, banqueros, ejecutivos de las altas finanzas, responsables de las políticas económicas mundiales y acompañantes se adentraban en el coso al son del organillo y La Verbena de la Paloma.Las gradas, iluminadas en rojo, el color emblema de los bancos organizadores, Credit Suisse y CS First Boston. Según explicaba el presidente de este último centro, John M.Hennessy, el marco elegido para agasajar a sus clientes y amigos era incomparable.

Otras entidades habían preferido los museos y hoteles de la capital, como Citibank en la sede de la colección Thyssen, o el BBV en el Reina Sofía. Otros, como Argentaria, organizaron los actos sociales en sus propias sedes sociales."Pero nosotros creemos que la plaza de toros es todo un símbolo y forma parte de la cultura española", explicaba Hennessy.

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Los primeros en llegar fueron tres japoneses que esperaron impacientes durante más de un cuarto de hora a que las puertas de la plaza se abrieran, a las ocho de la tarde. La fiesta serviría a Hunihiko Inakage, adjunto al presidente de una compañía de seguros japonesa, y sus acompañantes "para estrechar lazos con otras empresas y relajarme. Y degustar además un suculento jamón pata negra.

Intercambio de tarjetas

Los camareros encargados de servir el cóctel iban y venían incansables con bandejas de canapés, vinos y refrescos. En dos mesas servían crepes de marisco, pato con higos y souflé frío de frambuesas. Los invitados intercambiaban sus tarjetas de visita, con la copa sujeta al plato, mediante un artilugio de plástico que fijaba el cristal a la porcelana.

El verdadero plato fuerte de la velada fue la exhibición de los rejoneadores Arranz. "Qué belleza de caballos, Dios mío. ¡Qué maniobras! Nunca había visto nada igual", decía una dama, envuelta en un chal. A escasos metros, una distinguida invitada colombiana, Catalina de Piedrahita, que acompaña a su marido durante su estancia en la capital, comentaba: "Me parece divino, de morir. Esta plaza es única y me parece delicioso estar aquí aunque esta noche no haya corrida".

No hubo toros, pero sí toreros. Dos jóvenes promesas de la Escuela de Tauromaquia, Antonio Buendía y Angel Amo Rodríguez, ofrecieron una lección de lances, chiquelinas y quites originales. Deslumbrados los japoneses, cámara en ristre, no perdían detalle tras el objetivo. "Increíble, esto es puro arte", exclamaba un invitado, que pisaba por vez primera el ruedo madrileño. Una vez más se oía, "España is different".

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