EL NUEVO BANESTO.

El Santander venderá el 13,26% del banco a antiguos accionistas a partir de septiembre

La junta general extraordinaria de accionistas de Banesto decidió ayer reprobar la gestión social de Mario Conde durante 1993. El ex presidente, que no se acercó al recinto donde se celebró la asamblea, ya había dado órdenes precisas a Sus abogados: "Si reprueban, impugnación". El que sí estuvo presente fue el nuevo dueño de la entidad, Emilio Botín, presidente del Santander. Botín, rodeado de sus más directos colaboradores, dio así el apoyo necesario al presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, para que condujera la junta sin problemas. Sáenz anunció a los 793 accionistas presentes que la oferta ...

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La junta general extraordinaria de accionistas de Banesto decidió ayer reprobar la gestión social de Mario Conde durante 1993. El ex presidente, que no se acercó al recinto donde se celebró la asamblea, ya había dado órdenes precisas a Sus abogados: "Si reprueban, impugnación". El que sí estuvo presente fue el nuevo dueño de la entidad, Emilio Botín, presidente del Santander. Botín, rodeado de sus más directos colaboradores, dio así el apoyo necesario al presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, para que condujera la junta sin problemas. Sáenz anunció a los 793 accionistas presentes que la oferta pública de venta de acciones destinada a ellos se efectuará en septiembre, dio a conocer unas pérdidas de 584.620 millones en 1993 y propuso que Arthur Andersen sustituya a Price Waterhouse como auditor del banco.

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La junta de Banesto reprueba la gestión de Conde

Esta vez fue mucho más sencillo para el presidente de Banesto, Alfredo Sáenz. Las tres horas y media de junta, el discurso de 22 minutos, las 14 intervenciones de accionistas disconformes y la tranquilidad de verse respaldado por más del 75% del capital -con la presencia del principal accionista, Emilio Botín, en la sala- no le obligaron a emplearse tan a fondo como en la maratoniana junta del pasado 26 de marzo, que duró más de nueve horas con la intervención de una cincuentena larga de accionistas.La junta de ayer, celebrada en el recinto ferial Juan Carlos I de Madrid ocho meses después de la intervención, cumplió un doble objetivo: mantener vivo el enfrentamiento con el anterior equipo de Banesto -presidido por Mario Conde- y abrir oficialmente una nueva etapa en la historia de uno de los bancos españoles más emblemáticos.

Si de la reunión de accionistas de Banesto del 26 de marzo salió el acuerdo de solicitar la acción social de responsabilidad de Mario Conde -tramitada como demanda ante los tribunales un mes después-, en la de ayer se reprobó la gestión social del ex presidente durante 1993, con la escasa oposición de 3.436 votos. Sí se aprobaron, no obstante, las cuentas de dicho ejercicio.

Esta circunstancia generó las protestas de varios accionistas contestatarios, que vieron limitada su intervención a cinco minutos cada una. Esa oposición no se debió tanto a un supuesto apoyo a Mario Conde como al enfado de un bloque de accionistas -encabezados por el Reagrupamiento de Accionistas de Banesto y la Asociación para la Defensa del Accionista (ADA)- por el hecho de que en el orden del día se incluyera la aprobación de las cuentas del año pasado.

Pérdidas de 584.620 millones

Las cuentas, que arrojan unas pérdidas del grupo consolidado de 584.620 millones de pesetas (577.923 el banco matriz), no fueron aceptadas por estos accionistas, que alegaron "una total falta de información". Sin embargo, tanto sus representan tes como la mayor parte de los restantes intervinientes tuvieron duros comentarios contra Conde y su equipo y reclamaron insistentemente información sobre el estado de la acción social de responsabilidad. Sáenz detalló los pasos dados hasta el momento y aclaró que "el trámite judicial sigue su complejo curso, sin novedades dignas de mención". Todas estas decisiones y debates no tuvieron a Conde como testigo, que estuvo representado en la junta por sus abogados, Mariano Gómez de Liaño y Fernando Sánchez-Calero.

La asamblea de ayer fue algo más que reprobar a Conde. Fue la toma de posesión oficial del Banco Santander. La presencia del presidente de la entidad cántabra, Emilio Botín, dio empaque a un acto que comenzó aburrido y soso. Le acompañaban dos de sus colaboradores más próximos, Rodrigo Echenique y Matías Rodríguez Inciarte. Llegó puntual, se sentó en una discreta segunda fila y se marché, rumbo a Santander, una hora antes de que acabara, la junta. Sólo restaba la votación. Todo estaba ya resuelto.

Antes, Alfredo Sáenz había expuesto a los restantes accionistas la forma de optar al 13,27% de Banesto que el Santander tiene que ofrecerles. Anunció que la oferta pública de venta de acciones (OPV) se lanzará el próximo mes de septiembre, aunque la fecha concreta está en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Y detalló las condiciones: "400 pesetas por acción a razón de una nueva por cada dos antiguas. Una oferta realmente ventajosa", completó.

La junta, en otra de las decisiones polémicas del día, aprobó el cambio de auditores propuesto por el consejo de administración. Price Waterhouse será sustituido por Arthur Andersen, la firma que trabaja con el Grupo Santander.

El banco tiene desde ayer un nuevo consejo de administración: Alfredo Sáenz, David Arce, José Corral, Juan Delibes, Víctor Manuel Menéndez (consejero delegado), José Ángel Merodio, Matías Rodríguez Inciarte y Juan Carlos Rodríguez Cantarero (secretario).

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