Cartas al director

Minutos preciosos

Madrid, 3 de agosto de 1994. En tomo a las once, de la noche iba andando por la calle de Antonio López cuando de repente salta la alarma de una oficina de Cajamadrid situada en la esquina de dicha calle con Marqués de Jura Real, no es nada extraño en esta ciudad y, por tanto, la gente ni se fija y la policía se toma su tiempo en aparecer.Me decido a coger el autobús (línea 23), y a los pocos metros de reiniciar su recorrido vemos cómo un coche se salta el carril contrario y se empotra contra los coches aparcados a nuestra derecha, salvando el oportuno frenazo del conductor nuestra invitación a...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Madrid, 3 de agosto de 1994. En tomo a las once, de la noche iba andando por la calle de Antonio López cuando de repente salta la alarma de una oficina de Cajamadrid situada en la esquina de dicha calle con Marqués de Jura Real, no es nada extraño en esta ciudad y, por tanto, la gente ni se fija y la policía se toma su tiempo en aparecer.Me decido a coger el autobús (línea 23), y a los pocos metros de reiniciar su recorrido vemos cómo un coche se salta el carril contrario y se empotra contra los coches aparcados a nuestra derecha, salvando el oportuno frenazo del conductor nuestra invitación al accidente.

Bajamos corriendo del vehículo y, ante la gravedad del accidente, corro hasta el cercano hotel Praga para buscar un teléfono y así avisar a la Policía Municipal de lo ocurrido.

Y cuál es mi irritada sorpresa, pues que la respuesta que recibe el recepionista del hotel a su llamada al 092 no es otra que: "Permanezca a la espera que ahora no podemos atenderle" o alguna disculpa oficial semejante.

Yo no sé si el conductor del coche accidentado seguirá vivo, si ha perdido un ojo o le dieron el alta esa misma noche, lo que sí sé es que los cinco minutos que tardó en contestar el 092 pudieron ser vitales en los resultados de este suceso.

Tampoco sé si a esa hora se efectúa un cambio de turno o si faltan policías en agosto en Madrid, lo que sí estoy seguro es que negligencias como éstas pueden producir desgracias mayores.

Posdata: las cosas como son, una vez efectuado el aviso, la policía tardó menos de un minuto en aparecer acompañada también de una ambulancia del Samur.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En