Una chica que quedó parapléjica al caerle un árbol recibirá 93 millones de indemnizacón

Un árbol viejo y sin podar, un poco de viento, una enorme rama que cae al suelo y una silla de ruedas. Es el resumen de la fatalidad que sufrió en abril del año pasado María Isabel H. D. N., una chica de 18 años que ha quedado parapléjica tras caerle encima una gigantesca rama de un árbol de la calle de Sainz de Baranda. La muchacha va a ser indemnizada con 93 millones de pesetas merced a un acuerdo extrajudicial alcanzado entre el Ayuntamiento -propietario y responsable de la conservación del árbol- y Winterthur, compañía de seguros del consistorio.

Winterthur ha pagado ya a María...

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Un árbol viejo y sin podar, un poco de viento, una enorme rama que cae al suelo y una silla de ruedas. Es el resumen de la fatalidad que sufrió en abril del año pasado María Isabel H. D. N., una chica de 18 años que ha quedado parapléjica tras caerle encima una gigantesca rama de un árbol de la calle de Sainz de Baranda. La muchacha va a ser indemnizada con 93 millones de pesetas merced a un acuerdo extrajudicial alcanzado entre el Ayuntamiento -propietario y responsable de la conservación del árbol- y Winterthur, compañía de seguros del consistorio.

Winterthur ha pagado ya a María Isabel su parte: 73 millones de pesetas, según informaron ayer a este periódico fuentes de su servicio jurídico.La Concejalía de Medio Ambiente -cuya titular es Esperanza Aguirre Gil de Biedma- se ha comprometido, por su lado, a adelantar a María Isabel los 20 millones restantes. Medio Ambiente reclamara después a la Empresa Mixta de Conservación de Parques y Jardines -empresa contratada para este menester por el Ayuntamiento- esos 20 millones. El seguro de que dispone la empresa mixta se limita a esa cantidad.

"Hemos, pagado de inmediato tras comprobar la grave lesión que sufría la chica, y para evitar el retraso que hubiese supuesto esperar a que los jueces tomasen una decisión", afirman fuentes de Winterthur.

Una vida sobre ruedas

La vida de María Isabel cambió radicalmente el 10 de abril de 1993; nada más salir de su casa (enclavada en la calle de Sainz de Baranda), una bocanada de viento arrancó de cuajo una enorme rama, justo en el momento en que ella pasaba por debajo: le cayó sobre la espalda y le partió la columna.El viento sopló ese día a una velocidad de 55 kilómetros por hora, según ha certificado el Instituto Nacional de Meteorología. No obstante, si el árbol hubiese estado medianamente atendido, esta desgracia no se habría producido.

Tras el suceso, el Ayuntamiento ordenó que se podasen todos los árboles de la calle de Sainz de Baranda: estaban demasiado viejos y, por entonces, muy mal conservados. "En Madrid hay muchos árboles que son un auténtico peligro para el viandante", según los expertos.

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El maldito árbol azotó a una familia (el padre es médico de un gran hospital de Madrid) ya castigada por el dolor: la hermana menor de María Isabel -la única que tiene- sufre un grave problema congénito en su movilidad corporal.

Semanas después del accidente, el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, entregó a María Isabel un millón de pesetas de "sus gastos personales".

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