Cartas al director

Los derechos humanos en Cuba

La asfixia política y económica, junto al desconcierto social que vive el pueblo cubano, toma cada día matices más dramáticos. Quienes se atreven a levantar su voz pidiendo respeto para los derechos humanos más elementales o una simple reforma que alivie la situación imperante son reprimidos con fuerza brutal. Prisión, golpizas o aun muerte es la respuesta segura por parte de la policía y autoridades.Quienes optan por no abrir la boca, sino simplemente escapar, son también perseguidos con saña como si fueran prisioneros en su propio país. No importa que se trate de mujeres y niños, no hay pied...

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La asfixia política y económica, junto al desconcierto social que vive el pueblo cubano, toma cada día matices más dramáticos. Quienes se atreven a levantar su voz pidiendo respeto para los derechos humanos más elementales o una simple reforma que alivie la situación imperante son reprimidos con fuerza brutal. Prisión, golpizas o aun muerte es la respuesta segura por parte de la policía y autoridades.Quienes optan por no abrir la boca, sino simplemente escapar, son también perseguidos con saña como si fueran prisioneros en su propio país. No importa que se trate de mujeres y niños, no hay piedad. Quienes viven en el sur de Florida, Estados Unidos, que es adonde llegan los cubanos por su cercanía a la isla, conocen a la perfección las tragedias, casi diarias, de los ametrallamientos en las costas o en alta mar, de los hundimientos de balsas rústicas construidas con cualquier material que flote.

Estamos acostumbrados a que estos crímenes ocurran, pero el que le ha tocado sufrir a un grupo de 72 personas, la tercera parte de ellos niños, es de una crueldad tal que reclama el conocimiento de todas las personas de buena voluntad. Con el reclamo humanitario de que ayude a que este hecho no quede en silencio le estamos enviando los testimonios de las propias víctimas sobrevivientes. Queda a su conciencia el grado de esfuerzo que pueda realizar para que esos niños, y víctimas en general, tengan un mínimo de justicia, aunque solamente sea fuera de Cuba, en el corazón de los pueblos vecinos-

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