Italia intentará en 1995 reducir el déficit al objetivo previsto este año

El Gobierno italiano se disponía a aprobar anoche el objetivo de déficit para los Presupuestos Generales del Estado del próximo año, fijado en unos 140 billones de liras (más de 12 billones de pesetas), que representan la misma cifra programada, e incumplida, para este año. Pero los desacuerdos en el seno de la mayoría de Gobierno sobre las medidas que deben conducir a dicho objetivo eran tales que no se preveía la aprobación de ninguna de ellas. Como en otros terrenos, la política económica parece bloqueada por las divergencias entre los tres partidos del gobierno de Silvio Berlusconi.
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El Gobierno italiano se disponía a aprobar anoche el objetivo de déficit para los Presupuestos Generales del Estado del próximo año, fijado en unos 140 billones de liras (más de 12 billones de pesetas), que representan la misma cifra programada, e incumplida, para este año. Pero los desacuerdos en el seno de la mayoría de Gobierno sobre las medidas que deben conducir a dicho objetivo eran tales que no se preveía la aprobación de ninguna de ellas. Como en otros terrenos, la política económica parece bloqueada por las divergencias entre los tres partidos del gobierno de Silvio Berlusconi.

La medida que más posibilidades tenía de ser aprobada era una amnistía para ciertos tipos de construcciones ilegales, previo pago de la multa correspondiente, con la que los ministros económicos esperan recaudar unos 13,5 billones de liras.El cumplimiento del objetivo de déficit propuesto requiere una reducción de unos 45 billones de liras en el saldo de gastos e ingresos que se derivaría naturalmente de la simple prórroga de los compromisos asumidos en virtud de los presupuestos generales del pasado año.

Para lograr tales correcciones, que este año se pretenden alcanzar recortando los gastos en unos 30 billones de liras y aumentando los ingresos en otros 15 billones, los sucesivos Gobiernos italianos han recurrido con frecuencia a las amnistías, sobre todo a las de tipo fiscal.

La liga Norte, sin embargo, seguía planteando ayer objeciones a la aprobación del perdón para las construcciones abusivas, aunque el ministro del Tesoro, Lamberto Dini, aseguraba que se había alcanzado un acuerdo de principio.

Más espinoso aún se presentan los recortes de gastos sociales, que afectarán fundamentalmente a la sanidad y a las pensiones. Tras el fracaso en el intento de aprobación de un decreto ley que obligaba a la excarcelación de los presuntos corruptos, el momento no es adecuado para la adopción de medidas impopulares.

De hecho, el ministro de Trabajo, Clemente Mastella, ha anunciado ya que el previsto recorte de las pensiones, por un valor que su Departamento fijaría en 5 billones de liras pero que el Ministerio del Tesoro quiere elevar hasta los 10 billones, no se propondrá hasta septiembre. Y no será introducido mediante un decreto ley, como se daba por seguro, sino como un proyecto de ley que debatirá el Parlamento.

Al margen de los presupuestos, el mismo problema tiene Mastella con las medidas varias veces anunciadas de flexibilización del mercado de trabajo, que también se introducirán por un proyecto de ley que, en principio, debía de ser aprobado ayer, pero que seguía encontrando fuertes resistencias de los sindicatos.

El capítulo de la sanidad se resolverá, probablemente, antes que el de las pensiones, mediante aumentos de las tarifas que ya se pagan por la asistencia y la reducción del precio de los fármacos, hasta lograr un ahorro de unos 6 billones de liras. Otros recortes de gasto afectarán a la educación, la defensa, los ferrocarriles y las administraciones locales, cuando se aprueben. El programa económico italiano fija para el próximo año una inflación acumulada del 2,5%.

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