"Alcalá no pedirá la excepción turística"

Alcalá de Henares, con sus 168.000 habitantes, es una ciudad con atractivos turísticos y una importante oferta cultural, pero no puede decirse que viva del turismo. La corta distancia que separa a Madrid de la Ciudad Complutense, y que puede salvarse en poco tiempo gracias a unas rÁpidas comunicaciones, unida a la falta de infraestructuras hoteleras en Alcalá, hace que el turista no alargue su estancia más allá de 24 horas.Estas observaciones del alcalde socialista Florencio Campos son corroboradas por los comerciantes, que mantienen cerrados sus establecimientos los domingos.

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Alcalá de Henares, con sus 168.000 habitantes, es una ciudad con atractivos turísticos y una importante oferta cultural, pero no puede decirse que viva del turismo. La corta distancia que separa a Madrid de la Ciudad Complutense, y que puede salvarse en poco tiempo gracias a unas rÁpidas comunicaciones, unida a la falta de infraestructuras hoteleras en Alcalá, hace que el turista no alargue su estancia más allá de 24 horas.Estas observaciones del alcalde socialista Florencio Campos son corroboradas por los comerciantes, que mantienen cerrados sus establecimientos los domingos.

Pregunta. ¿Alcalá va a solicitar la declaración de zona turística para acogerse al decreto de regulación de horarios comerciales?

Respuesta. No, en principio no se va a solicitar. Primero, porque no somos una ciudad marcadamente turística, y segundo, porque el pequeño comercio que quiera abrir puede hacerlo al tener libertad de horario. El que quiera atender la posible demanda turística puede adecuar su horario al fin de semana sin necesidad de que nos acojamos al decreto.

P. Entonces, ¿si Alcalá se acogiese a este decreto los únicos beneficiados serían las grandes superficies?

R. Creo que está pensado para ellas.

P. ¿Está de acuerdo con el decreto?

R. Establece una especie de equilibrio entre las partes implicadas con vistas a aprovechar la demanda de compra los domingos. Sería ir contracorriente si no se quisiera ver esta demanda. Otra cosa es que haya que regularla para que no arruine al pequeño comercio. Lo cierto es que el que necesita comprar en la gran superficie los domingos y la encuentra cerrada no va a acudir al pequeño comercio entre semana.

P. ¿Cree que es una excusa el decir que no se puede comprar otro día?

R. No, me parece una realidad, yo me encuentro en la misma situación. Mi mujer y yo trabajamos todo el día y a las siete de la tarde no te da tiempo a hacer la compra.

P. ¿Le parece bien que hayan tenido que ser las comunidades autónomas las que regulen los horarios?

R. No, tendría que haber existido una norma general para todo el comercio.

P. Y si usted tuviera esa responsabilidad, ¿qué haría?

R. Es difícil tomar cualquier decisión porque hay que regular tres situaciones. La de los consumidores, que creo están un poco olvidados en este asunto y que tienen derecho a comprar en las mejores condiciones; las grandes superficies, que e n tomo a su actividad comercial generan puestos de trabajo, ingresos, impuestos, etcétera, y la del pequeño comercio, que se ve perjudicado. A mí se me ocurre, para que pudiesen desarrollarse estas tres situaciones, generar uniones de cooperativas y centrales de compras para que el pequeño comercio tuviera las mismas o similares ventajas que las grandes superficies. La ley de vida obliga a acomodarse a la competitividad.

P. ¿El decreto es una solución salomónica?

R. Sí, porque no contenta a nadie ni da satisfacción a todos, y eso significa que estamos irremediablemente ante una situación transitoria.