Cartas al director

Cuba y los españoles

"El ciudadano más odiado de Cuba es el español", dice en la página 8 de EL PAÍS del 4 de julio de 1994 el señor Mas Canosa, afincado en Miami. Hace dos años estuve con mi familia en Cuba, que visitamos en toda su extensión, y puedo afirmar que eso es mentira.En la calle, en los hoteles, en las empresas, en todas partes, en el campo y en la ciudad,, nunca he recibido un acogimiento más cálido ni más sincero en ninguna parte del mundo. El pueblo cubano es entrañable y hospitalario y no odia a nadie, y menos. a los españoles; y puedo decir que precisamente por ser españoles y por oírnos hablar en...

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"El ciudadano más odiado de Cuba es el español", dice en la página 8 de EL PAÍS del 4 de julio de 1994 el señor Mas Canosa, afincado en Miami. Hace dos años estuve con mi familia en Cuba, que visitamos en toda su extensión, y puedo afirmar que eso es mentira.En la calle, en los hoteles, en las empresas, en todas partes, en el campo y en la ciudad,, nunca he recibido un acogimiento más cálido ni más sincero en ninguna parte del mundo. El pueblo cubano es entrañable y hospitalario y no odia a nadie, y menos. a los españoles; y puedo decir que precisamente por ser españoles y por oírnos hablar en español la gente se acercaba a charlar con nosotros y a acompañamos, sin ningún interés material ni nada.

Por si fuera poco, los cubanos adoran a los niños, y el hecho de que estuviera una hija mía, que entonces tenía dos años, en el grupo, motivaba aún más esa simpatía, que hizo de la estancia en Cuba para nosotros un recuerdo inolvidable. Y dicho sea de paso, a pesar de todos los pesares, y a pesar del bloqueo ilegal e inhumano de EE UU contra Cuba, que apoyan, entre otros, señores como Mas Canosa, Cuba es uno de los pocos países de las Américas a los que me atrevo a ir con una niña tan pequeña (desde luego a Miami, ni harto de vino ... ), porque sé que si algo debiera sucederle la atenderían con toda prioridad (de hecho, mi hija mayor sufrió una insolación y la atendieron inmejorablemente en un hospital cubano).

Sirva esta carta como testimonio ocular y afectivo en defensa de un pueblo que se merece mucho más que ese tipo de falsedades expresadas por millonarios aspirantes a presidentes.-

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