Cartas al director

Abrillantar y decapitar la ciudad de Madrid

No se puede, y se acabó. Alguien dijo, no sé qué pobre escritor pero con mucha razón, que esconder el polvo bajo la alfombra sólo servía para apolillarla.Así que nada se destruye, sino que se transforma. No es, cuestión tampoco de pasar la escoba y el recogedor y echar los retales, las pelusas, las migas, al cubo de la basura, sino de evitar que se forme "polvo y suciedad".

No se puede exterminar una semilla que se ha esforzado en crecer, empeñándose en quitarle más y más tierra, más y más agua.

No se puede, de un manotazo, "limpiar de indigentes" Chamartín, ni "desmantelar el na...

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No se puede, y se acabó. Alguien dijo, no sé qué pobre escritor pero con mucha razón, que esconder el polvo bajo la alfombra sólo servía para apolillarla.Así que nada se destruye, sino que se transforma. No es, cuestión tampoco de pasar la escoba y el recogedor y echar los retales, las pelusas, las migas, al cubo de la basura, sino de evitar que se forme "polvo y suciedad".

No se puede exterminar una semilla que se ha esforzado en crecer, empeñándose en quitarle más y más tierra, más y más agua.

No se puede, de un manotazo, "limpiar de indigentes" Chamartín, ni "desmantelar el narcotráfico madrileño" expulsando a los vendedores de Santa Ana o cacheando con la culata a cinco magrebíes en Lavapiés, ni "requisar la mercancía" (pantalones, camisetas, decencia humana ... ) a un africano para luego extenderle un falso recibo sabiendo de su profundo desconocimiento del castellano. Ni echar a patadas a ese mismo hombre de un lugar cálido para dormir o irritarse blandiendo una porra y una gorra con insignia, y uniforme azul, porque no comprende lo que se le está pidiendo en un idioma que no es el suyo.

No se puede pedir pulcritud y corbata a un mendigo que no tiene donde probar su nueva Philips Shave o cambiar de ropa elegiendo entre la fila de trajes de Armani del ropero. No se puede gritar, apalear, insultar y derrumbar a una anciana canosa por tener oxidado el carro ruinoso con el que cada día pide limosna o simplemente duerme en Cuatro Caminos.

No se puede, sencillamente no, decapitar Madrid de esta manera, y no hay que dejar que nos lo abrillanten con cera, mientras aplastan con el tacón afilado a toda esa escoria más humana que nadie.

Y si no, que baje Tierno y lo vea.-

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